POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

TORONTO, Canadá.- Una se queda, la otra se va. Esta ha sido la última vez que las sirenas Nuria Diosdado e Isabel Delgado comparten la alberca, la última competencia en que se les verá juntas. Y es que Isabel se retira en definitiva, cosa que ya se venía teniendo desde los pasados Centroamericanos. No hay mejor manera de despedirse que con sus medallas de plata en las manos. DIOSDADO “Estoy muy contenta, satisfecha y orgullosa con el equipo, creo que esto era lo que nos merecíamos desde hace tiempo, por algo no nos tocó vivirlo hace cuatro años en Guadalajara, sentíamos que nos habían robado la medalla. Pero ahora volteamos atrás y sabemos que por algo pasan las cosas. No fue un bronce sino una plata. Fueron cuatro años de mucho trabajo, y para las que nos tocó vivir esto es como sacarnos la espina de lo que no hicimos en Guadalajara”, dijo Nuria, quien disputa sus terceros Juegos Panamericanos. “La diferencia de puntos con Estados Unidos fue muchísima, incluso vimos el resultado y nos impactó. No fue sólo ganar, sino arrasar, que era lo que deseábamos, un resultado contundente. Y no sólo ante Brasil, sino contra Estados Unidos. Y créeme que no traíamos en mente ganarles; queda como enseñanza, que no hay que ponernos límites, porque a veces piensas que vienes por un bronce y te topas con la sorpresa de una plata. Y a seis puntos de un Canadá que en la vida lo hubiéramos imaginado”, apuntó. “En dos semanas tenemos ya el campeonato mundial, sabemos que la competencia se incremente mucho más, pero esto es despegar, e ir al mundial con esta satisfacción es muy bueno, no podemos quedarnos con esa confianza, los equipos van a apretar y nosotros queremos mejorar el nivel mundial”, añadió. “Se nos van tres pilares muy importantes, Isabel, Karla y Evelin, aunque las dos últimas todavía se esperan para ir al Mundial. Se van amigas que han estado en dos, tres Panamericanos, será un año para hacer cambios. Viene el año olímpico, para el equipo no habrá tanto movimiento, para el dueto sí. Hay que aprovechar para subir a las niñas que vienen abajo y que no se note la ausencia de estas grandes amigas”, concluyó. DELGADO “Qué puedo decir, es un sentimiento de orgullo, de logro, y se vio reflejado el entrenamiento. El saber que me voy hace que me invadan sentimientos encontrados, es como melancolía porque fui atleta de nado sincronizado durante 22 años de mi vida y entonces tengo muchos sentimientos ahora mismo, de tristeza. Ya que esto ha regido mi vida por mucho tiempo. Pero a la vez me voy muy contenta, no pude haberme retirado de mejor manera. No sé qué más puedo decirte, pero estoy feliz. No sólo es la medalla, sino todos los recuerdos y anécdotas que tuve como atleta”, puntualizó Isabel, con lágrimas en los ojos.