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15, julio 2015 - 21:46

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POR LUIS GARCÍA OLIVO
FOTOS JORGE BARRERA
ENVIADOS ESPECIALES

CHARLOTTE.-De la tranquilidad a la urgencia es como México alcanzó el empate contra Trinidad y Tobago, pues de nada sirvió la supremacía de 2-0 al minuto 51, para que en fracción de segundos los isleños los superaran y en el tiempo agregado terminaran por igualarlos 4-4 en un partido que terminó al filo de la butaca.
Sin embargo, el marcador no es nada alentador para el equipo del “Piojo” Herrera que alcanzó milagrosamente el empate y el segundo lugar del sector para enfrentar en cuartos de final a Costa Rica, equipo con el que se vio las caras hace algunas semanas en la ciudad de Orlando.
Aguilar, Vela, Guardado y un autogol de Jones le dieron la diferencia a México que se vio bien en parte del partido, pero inesperadamente cambió a ser el dominado por las anotaciones de Cummings, en par de ocasiones, Jones y Marshal, quienes exhibieron el poco oficio y trabajo a nivel defensivo, por lo que una nueva oportunidad es la que se le presenta a los de Herrera en su nuevo examen de cuartos de final contra los ticos en la ciudad de Nueva Jersey.

DE ALARIDO
Apelando a la filosofía de juego, pues sorprendió –en lo que va de la Copa- con el funcionamiento del 5-3-2, Miguel Herrera fue a la segura. Desde el comienzo, la estrategia lo hizo retener la pelota y el dominio de la cancha. Trinidad poco pintó.
Un tanto práctico, pero rozando la intensidad fue como México poco a poco logró su cometido. Y fue esta misma a la que le costó serenar, pues fue tanto el ímpetu que provocó falta de contundencia, pases equivocados o hasta errores defensivos que por poco sorprendieron a Ochoa y Layún en un ligero descuido.
Sin embargo, el funcionamiento de Paúl, Reyes, “Maza”, Yasser y Layún en la parte baja, dio estabilidad y completa salida por las laterales. A ellos, “HH”, Jonathan y Guardado complementaron con orden, pero fue el “Principito” quien brilló más. Ya en la parte alta Giovani y Vela fueron pillados en varios offside porque a leguas se notó su frenesí por el gol.
La velocidad por marcar los hizo entretejer jugadas vistosas, en donde entre pases y paredes tomaron adelantado a Vela. Jugada que prometió, pero fue invalidada cuando se encarrilaba al área. Los trinitarios le dieron la mejor de las lecturas, adelantaron líneas y apelaron a esta estrategia.
Ya con un juego cien por ciento en la zona trinitaria, Paúl Aguilar le sacó el mayor de los provechos a un pase largo de Corona y más tarde a una peinada de Vela para mover las redes y celebrar como lo llegó a hacer en el último Clásico frente a las Chivas.
El del América movió las cartones y el Tricolor pasó de la intensidad a la displicencia, pues abusó de los centros y hasta de las jugadas vistosas en donde Giovani, se quedó a nada de repetir aquel golazo que marcó en la edición del 2011 frente a Estados Unidos.
México se fue con la ventaja al entretiempo, misma que holgó inmediatamente por medio de Carlos Vela en gran definición y largo envío de Guardado. Lo mejor estaba por venir.
Ya con la entrada de Oribe Peralta en sustitución de Giovani, se auguró más goles para la causa mexicana. Sin embargo e inesperadamente, Trinidad y Tobago sacó a relucir lo que se reservó en la primera parte y en tan solo tres minutos, en flagrancia con el mal marcaje a nivel defensivo, alcanzó en el marcador.
Kerron Cummings y Kenwyne Jones tomaron mal parado a Yasser Corona en par de ocasiones y vacunaron a Guillermo Ochoa, quien recibió sus primeros goles del torneo. Aunque la cosa no paró ahí, con un Tricolor sedado y sin estímulo de reacción, nuevamente Cummings movió las redes con un zapatazo que se convirtió en golazo. Trinidad hizo lo impensable y concretó la voltereta con tres de un jalón.
No hubo patadas o un rival que se encerrara, Trinidad le supo jugar a México y aguantó el momento oportuno para fabricar el peligro. En tanto que a los del “Piojo” les costó trabajo despertar de lo adormilado que representaron los tres tantos. Por ello, refrescó con las entradas de “Tecatito” y Carlos Esquivel, hombres de área, pero insuficientes para echarse la victoria.
A falta de cinco minutos, México metió el acelerador, encerró al rival y provocó cimbrar el travesaño con un tiro de Coronita, no sin antes registrar un buen cabezazo del “Maza”. El Tricolor estuvo más incisivo que nunca, encima del rival, lo asfixió y por lógica comenzó el final de alarido en donde los 55, 823 asistentes estuvieron al filo de la butaca, pues Andrés Guardado empató con tiro lejano y ciento veinte segundos después Héctor Herrera provocó el autogol de Kenwyne Jones, en lo que se oficializó la voltereta.
Sin embargo, los trinitarios se rehusaron a perder, no bajaron los brazos y nuevamente aprovecharon los regalos defensivos que México otorgó y a pelota parada, Marshall puso cifras definitivas en un cierre inimaginable y totalmente emocionante, en el que los aztecas se quedaron con el segundo lugar del grupo e impensablemente los isleños se adueñaron del sector. Inmejorable lección para los del “Piojo” que hoy el rival “chico” nuevamente los maniató.

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