Con la tecnología de Google Traductor

Mira

20, julio 2015 - 19:21

┃ María Vega

chiquimarco

POR FERNANDO SCHWARTZ

SI había en la cancha recientemente un árbitro con el reglamento a flor de piel y claramente lo aplicaba sin temor ése era Marco Antonio Rodríguez. “Chiquimarco” inmediatamente en redes sociales marcó que la jugada sobre Oribe Peralta de Roy Miller sí era penal y nos amplió en largo debate por qué el penal que dio el pase a México estuvo bien marcado.

Así lo analiza: “Siempre el mundo del arbitraje, todas las jugadas, más las determinantes, son de análisis profundo y controversia. En este juego, con ojos de árbitro, entrenador de futbol, licenciado en educación física, el jugador mexicano (Peralta) va a fildear un balón que proviene de la banda izquierda y el defensor (Miller) ya está superado. No tuvo capacidad de marcación correcta. Se olvida del balón. Sabe que no llega y emplea su cuerpo para empujar al mexicano que ya va en el aire”.

Marco prosigue: “Se va desprendiendo en el aire. Su seis ya no está en el paso. Va a fildear el balón. Yo los invito a que experimenten en su casa. Hagan un brinco y que alguien los empuje ligeramente como quieran. El tico utiliza todo su cuerpo, empleando el brazo. Háganle a una persona que comienza a impulsarse para rematar. Se darán cuenta cómo son removidos de la zona donde querían cabecear”.

Milésimas de segundo para decidir y en repeticiones nadie se pone de acuerdo: “El principal problema es la contaminación del pensamiento y el corazón al momento de juzgar a un árbitro. Al árbitro se le juzga siempre dependiendo al equipo que le vayan. El árbitro es una autoridad que le da seguridad a un sistema deportivo en su moral y ética. Como el sistema ha sido golpeado y ha sido cuestionado, llámese FIFA o Concacaf, todo mundo cree, los que no le van a México o los que no pueden verlo de esta manera por tener un pensamiento distorsionado lo ven contra ellos”.

Cómo debe verse: “Viéndolo desde el punto netamente futbolístico. Estoy seguro que el árbitro lo vio. Al árbitro le da igual quién gane o pierda. Él marca falta y penales. En esta acción el asistente número uno (Érik Loria, de Estados Unidos) tiene formación de entrenador, de preparador físico y de árbitro. Entonces, es una persona de futbol, específicamente de futbol. Hagan encuesta en todos los jugadores que saben jugar y lo han practicado a este nivel dirán que fue penal”, y agregó: “Lo que distorsiona el pensamiento, la pasión y animadversión por un equipo u otro. Ése es el motivo de la controversia”.

Armando Archundia dijo “sí”; Boni y Ramos Rizo dicen “no”; Arturo Bricio que “sí”: “Hay árbitros y ex árbitros que están limitados en su forma de ver el futbol porque sólo ven faltas. El futbol hay que verlo en contexto general de juego. Aproximaciones, perfiles, gesto motor, principios defensivos y ofensivos. Si te vas sólo a las reglas que me digan por qué no fue penal. Es clarísimo, el adversario empuja a su contrincante  para desequilibrarlo. Qué origina. Es empujar al mexicano, ya superado en la marca y prácticamente remataba para gol. No hay un jugador que esté a punto de rematar de cabeza en el aire y se tire para no cumplir su objetivo. No tiene lógica”.

¿Hay tendencia a armar polémica? Responde: “El problema se origina en la falta de argumentación, reglamentación, técnico, táctico y circunstancia del juego”.

El árbitro se prepara técnica y tácticamente para pitar: “Yo lo hacía. Soy entrenador de futbol. Para juzgar esta acción en particular, hay mejor ángulo de decisión del asistente, quien le cobra el penal al árbitro y de forma correcta. Si hay el atacante que va a rematar, quítale la camiseta. El problema de la controversia es por los equipos que son, rivalidad, momento de juego. Si quitas la acción de este entorno dirás que es penal: balón por aire, atacante para rematar, defensor rebasado. La gente dice que exageró la caída pero fue removido del aire, cayó de golpe, de sentón. Vean el origen más allá de la caída, el porqué de las cosas”.

Es claro: “Aterrícenlo a la falta. De las 10 faltas, cuál hizo. Desequilibrar no lo es. Empujar sí que originó desequilibrio en el aire. Por eso el experimento en casa de brincar a rematar y empujen. Hay gente que dice que no lo tocó. Es increíble que no se deje a un lado el entendimiento y la pasión y la animadversión. Porque todo pasa, ya que la credibilidad de FIFA y Concacaf están por los suelos y todo lo que pasa en la cancha se maneja como sucio y corrupto. Eso hay que dejarlo a un lado y vean la acción futbolísticamente con ojos críticos de gente de futbol, y sí hay el empujón para quitar a Oribe. No es tarjeta roja porque no hay control del balón. La posibilidad de controlarlo. Se remata con la cabeza y no controlas con la cabeza. Fue amarilla por conducta antideportiva al interrumpir acción promisoria mediante una falta”.

Reconoció: “Oribe debió haber sido expulsado en la barrida de media cancha que fue con fuerza desmedida, como Myrle debió ser expulsado por el desplazamiento con el codo sobre Oribe en jugada anterior por la banda”, y agregó: “Fue notorio que el árbitro quería terminar con 22 en la cancha y eso no siempre se puede”.

Frase final: “La rivalidad, el momento de la decisión, su influencia en el resultado más la opinión de la afición por un equipo y animadversión por el otro, contamina una evaluación justa y ciega el entendimiento para verlo sólo con ojos de futbol”.

 

 

 

Para ver como deshabilitar las notificaciones, da clic aquí