EL novillero Juan Pablo Herrera ya de regresó a su tierra, Aguascalientes, y manifestó estar feliz por su presentación en la Plaza México a pesar del diluvio que se registró en el coso capitalino la tarde del domingo, que no permitió hacer el toreo bonito, pero sí dejó ver que quiere ser torero importante sin medir consecuencias.
“El aguacero empezó a caer en mi novillo -dijo Juan Pablo- y no me permitió pensar en lo que iba a hacer, simplemente seguí toreando en medio de la lluvia y disfruté de lo que hacía y en las condiciones en que lo hacía. Sabía que algo me podía pasar y que podía resbalarme en la cara del novillo. Estoy muy contento con mi presentación, por cómo sucedieron las cosas y sobre todo por la vuelta que me hicieron dar al final, con la gente empapada y que no se movía de sus asientos”.
Señaló que el novillo de De Haro fue noble, bravo y enrazado y le pudo sacar los muletazos, no con el temple que se necesitaba, pero se los dio en medio del diluvio. “Sí lo disfruté”, reiteró.
Juan Pablo estaba consciente del peligro que rondó en su labor pero “había que seguir adelante hasta terminar la faena. El momento era difícil por lo pesado de la muleta, y dejé ver que quiero ser torero y dejé ver algo de mi tauromaquia y la gente también estaba contenta y aguantó el chaparrón”.
No se lo confirmaron, pero la empresa parece que quiere repetir a los tres para que maten los toros que se quedaron.
“Yo por mi parte estaría feliz de regresar a la Plaza México”.
Jorge A. Delgado Gutiérrez “Evodio”, su apoderado y director de la Academia Taurina Municipal de Aguascalientes, manifestó que estaba muy contento con la actuación de Juan Pablo, quien en ningún momento se echó para atrás. Siempre yendo a la cara del novillo. “Espero que la empresa lo repita porque se lo merece Juan Pablo por su actitud y disposición”.
Juan Pablo no tiene nada de momento. (HSC)