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Mira

23, julio 2015 - 17:21

┃ María Vega

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POR LUIS GARCÍA OLIVO
FOTO JORGE BARRERA

FILADELFIA.- Un cambio drástico se dio en un abrir y cerrar de ojos de un año para acá en la Selección Nacional.
Hace un poquito más de 365 días en el Mundial de Brasil 2014, Miguel Herrera y su combinado dio de qué hablar, pues además de sacar resultados aceptables, el juego de conjunto y su tradicional 5-3-2 maravilló al globo terráqueo, por lo que México se ganó el respeto y admiración del mundo, más allá de que el Tricolor se quedara en la fase de siempre y no viera el tan ansiado quinto partido.
Una primera fase casi perfecta fue la que tuvo ese México que batalló durante el hexagonal para llegar a la cita amazónica. Triunfos sobre Camerún y Croacia, y un empate de tú a tú contra el anfitrión Brasil resultaron los números inmejorables para entrar a los octavos de final en donde Holanda puso freno con el popular #No era penal de Arjen Robben.
Como así de importante resultaron los marcadores, el juego de conjunto no quedó a la deriva. Posiblemente fue el mejor. El Tricolor demostró un buen futbol y hasta un tanto avasallador, para muestra fue la goleada sobre los croatas y hasta el empate contra Brasil en Fortaleza, pues con hasta con el cuchillo entre los dientes, los mexicanos sembraron pánico y la postre el empate. Misma entrega se vio depositada contra los tulipanes, quienes estuvieron a nada de ser eliminados, pero después la historia se contó solita con Robben y los goles de Sneijder y Huntelaar.
Ese Tricolor maravilló, pero hoy es otra la realidad y dista mucho de grandes anécdotas. Hoy ese Mundial queda como anecdotario, pues en la actual Copa Oro las penas y amarguras son sinónimos de la misma base mundialista, imposible de creerlo, pero es la cruda realidad.
Con el 70% de los jugadores que participaron en Brasil 2014, salvo las bajas de Chicharo y Moreno, por lesión y la ausencia de Rafael Márquez, este México cuenta con la fortuna de tener en sus filas a Carlos Vela, hombre del que se esperaba más en este certamen, pero hasta ahora ha quedado a deber, pues no se ha echado al equipo al hombro y menos ha celebrado como se imaginaba.
Hoy solamente un triunfo legítimo frente a Cuba los pone en la final de la Copa Oro frente a Jamaica, pues la garra que mostraron en Brasil quedó olvidada frente a Trinidad y Tobago y Guatemala, para después contar con el beneficio arbitral en los partidos de cuartos y semifinales contra Costa Rica y Panamá.
Escenario y comparación que dista mucho de lo sucedido en el 2014 cuando se supondría que estaría mejor, pues Miguel Herrera ha tenido más tiempo de trabajo con los jugadores y con la novedad de Carlos Vela, sin embargo todo ha resultado un caos.
México no ha encontrado una idea y en varios duelos ha corregido su planteamiento que por lógica no le dan los resultados. Además de que no hay ese juego de conjunto y el compromiso que varios mostraron en el pasado. El gol no llega y a nivel defensivo también dejan mucho a desear, peor aún cuando se supone que México no tendría problemas pues son selecciones cómodas para el Tricolor.
No obstante, nuevamente el discurso de la soberbia aparece, ya que ha minimizado a los combinados y a la postre le han salido respondones, por lo que para que México se entregue y obtenga un buen futbol acompañado de resultados deben jugar contra uno más grande. Teoría que hoy se manifiesta en esta Copa.
Así que un abrir y cerrar de ojos, el nivel de México cambió, de dar un grato sabor en tierras amazónicas, hoy las penas se multiplican y recrudecen con la ayuda arbitral de la zona de Concacaf.
México no fue superior a Costa Rica y Panamá, el silbante jugó su partido y concedió penaltis que ponen al Tricolor en la final de la Copa Oro contra un Jamaica, que ha sorprendido a la zona.
Sí, todo en un año se desboronó. Qué pasó…
La mejor de las respuestas la tendrá Miguel Herrera, pero lo que sí transcurrió fueron giras por Estados Unidos y Europa con duelos amistosos contra Chile, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Holanda y Bielorrusia, además de hacerle frente a panameños y hondureños en tierras aztecas.
Así como también dar malas cuentas en la Copa América de Chile 2015 en donde se habló más de cosas ajenas al futbol que de resultados positivos, por lo que poco a poco el respeto de Brasil fue echado a la basura.
Lo positivo dentro de este año fueron los fuertes lazos comerciales con infinitas marcas de publicidad, así como también el retorno de Carlos Vela, quien a su regreso no ha querido hablar, pero tampoco lo ha hecho dentro de la cancha en esta Copa Oro, por lo que en vez de hablarse de mejorías, México narra retrocesos, más allá de que el domingo luche por el medio pase a la Copa Confederaciones del 2017, pues de un agradable futbol y buenos resultados no puede hablar. Dura realidad en un abrir y cerrar de ojos…