POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
FOTOS: ÉRIK ESTRELLA ENVIADOS ESPECIALES

TORONTO, Canadá.- A una temperatura de 16 grados y 82 por ciento de humedad, se llevó a cabo el maratón en el circuito de Ontario Place West Chanel, donde tuvieron participación los mexicanos Daniel Vargas y Alejandro Suárez. Prueba de resistencia, una de las mayores del atletismo que exige las mejores credenciales de preparación y donde se gana con el corazón.

Y estos argumentos tuvo de sobra el cubano Richer Pérez, quien llegó en primer lugar a la meta logrando un tiempo de 2:17:04, lejos de la marca panamericana impuesta por el puertorriqueño Jorge González, 2:12:43, el 28 de agosto de 1983 en Caracas, Venezuela. Pero Richer, al fin y al cabo, ganó esta vez la medalla de oro. En segundo sitio entró Raul Pacheco, de Perú, con un crono de 2:17:13, seguido de Mariano Mastromarino, de Argentina, parando el reloj en 2:17:45. Los mexicanos, uno no terminó y el otro se desfondó en los últimos 200 metros.

LA VIDA NO VALE NADA
Por su parte, Daniel Vargas dejó ir la medalla de bronce en los últimos 200 metros del recorrido; el mexicano había mantenido un paso uniforme durante todo el trayecto, viéndose en los tres primeros lugares, incluso hasta en el segundo. En la última vuelta Vargas apuntaba un bronce seguro, su paso a mitad para llegar a la meta se observaba firme, no obstante, contracturas musculares le mermaron su ritmo, lo cual fue aprovechado por Argentina que no aflojó el paso y le arrebató la medalla de bronce. Daniel entró a la meta con un tiempo de 2:17:57. Misma historia de Londres: calambres, contracturas.
“Estuve acariciando los metales, pero se fueron. Llegué con el ultimo aliento a la meta, siento que no les fallé, ese cuarto lugar sabe a gloria. Será para muchos un gran triunfo, para otros una gran derrota. El trabajo ya está hecho, me voy contento y triste; gracias a mi gente de mi bonito León, donde la vida no vale nada”, palabras de Vargas aún sin reponerse. “El recorrido fue muy difícil, pero las contracturas me hicieron bajar el ritmo, lo importante es que no paré”, añadió Vargas de 31 años, para quienes son sus primeros Juegos Panamericanos.

HAY QUE REPLANTEAR
Por su parte Alejandro Suárez abandonó la competencia en el kilómetro 30, tras sufrir calambres que ya no le permitieron continuar. “Me sentía muy bien, bastante relajado. Desafortunadamente comencé a sentir fatiga muscular y posteriormente a sentir calambres. Esto no puede ser más que derivado de una fatiga que nos da un mal resultado. Vamos a replantear para ver qué pasó y pensar en lo siguiente. Precisamente en marzo pasado en el maratón de LALA, donde corrí después de dos años de inactividad, sentí este mismo malestar pero al final. Ahora me sucedió pero muy temprano, a los 30 kilómetros. Muy mal”, dijo
Alejandro, medalla de bronce en los Panamericanos de Río de Janeiro.
-¿Qué hay que replantear? “El entrenamiento, algo se debe modificar e implementar”.