ES un juego de palabras y en él quiero expresar que en la salida de Miguel Herrera por el impulso de su personalidad que lo enganchó y venció quedan muchos piojos por limpiar en todo el entorno de la Selección mexicana. Miguel erró el camino buscando defenderse a su manera y en el pecado llevó la penitencia con la atenuante, ojo, muy fuerte y grave, de un medio periodístico que de dientes para fuera cierra filas en torno a Martinoli, simplemente porque Miguel había caído de la gracia de muchos y otros molestos porque los jugadores se unieron para no hablar en zona mixta, hecho que ellos deciden y nadie más después de cumplir con los compromisos de los que pagan los derechos y donde por contrato al pagarse la transmisión del evento deben pasar.
El entorno de Selección y medios está enturbiado realmente en el afán de ganar notas, crear estabilidad y amarillismo, inventar situaciones o agrandar las reales con tal de vender y llamar la atención, ya que no hay ningún otro producto en el medio del futbol que sea tan poderoso en venta como es el Tricolor, el mismo que todos los mexicanos sufren y se apasionan. Que gana uno y desbordan la pasión al extremo entiendo que ahora sí vendrá el estirón final o bien la derrota que envuelve en la bandera de otra vez vamos en picada o el anarquismo total con los errores arbitrales, pidiendo que Guardado falle un penal o inmolándose en la bandera del robo, al equivocarse o no el árbitro a favor de México, no siendo el conjunto culpable si detrás hubo una orden o no, si fue un error humano o lo que sucedió.
DESGASTE DE SIEMPRE
Todo se ha desgastado al máximo. En el 2001 hubo una reunión con cinco jugadores y técnico del Tricolor para limar asperezas con los medios. Entramos algunos representantes de los medios y los jugadores, encabezados por Claudio y Palencia. Se discutió el respeto de ambas partes, los tiempos, la accesibilidad, estuvo presente el jefe de prensa de aquel entonces y en estos 14 años han vuelto a existir los roces y los malos entendidos. El jugador no se molesta de las críticas recibidas por su actuación en el juego. La molestia viene por todo lo que se maneja alrededor y por esa forma agresiva de nombrarlos o ejecutarlos con el poder de una pluma sin que pueda existir el poder de la réplica.
Martinoli ha creado un estilo de narración al lado de Luis García y Jorge Campos que ganó adeptos por la novedad de hacerlo diferente a como comúnmente se hacía, pero desde mi óptica personal, como espectador y como periodista, con respeto a Martinoli, que conmigo ha sido una dama, se ha sobrepasado apoyado por el éxito de su fórmula, y cuando uno se la cree, de que está por arriba de todos los demás y del propio mundo, se crece y crece hasta convertirse en una burbuja que no terminará hasta que se ponche y vuelva al lugar de arranque. “Piojo” hizo mal en ensartarse definitivamente, pero los comentarios, epítetos que en un principio sonarían graciosos, se convirtieron en golpes demoledores contra el técnico y el grupo, siendo peor que cuando se topan de frente, evaden y no dan la cara, porque si yo detrás de la pantalla de cristal solo ante una cámara o relatando frente a un micrófono me siento el más valiente del oeste, cobarde me vuelvo cuando no doy la cara al encontrármelos y tener la oportunidad de debatir. Pero darle la vuelta al parche no me parece realmente lo correcto y conducente porque muchas veces, en la mayoría, las palabras y las burlas hieren igual o más que un golpe que nunca debió existir.
PIEL TRASPASADA
Hoy Herrera se va porque se calentó y la piel no resistió más lo que en su óptica rebasó todos los límites. El que uno le diga naco al técnico nacional o a cualquier persona es ofensa. El que se burle al aire de la falta de educación, es su punto de vista, pero está para relatar lo que pasa en la cancha y no condimentarlo metiéndose con la persona. Para aquellos que han mal entendido: No defiendo ni a uno ni justifico a nadie, sólo expreso desde mi óptica que ahora es muy fácil insultar a través de las redes como varios colegas hacen y no dan la cara al que insultaron. Relatar en la tele en forma burlona y con epítetos para después no dar la cara, y si a esto le sumamos el exceso de grabaciones por cumplir con los patrocinios que mantienen las estructuras de Selecciones Nacionales, pues el asunto se torna mucho más delicado.
Decio habla de un nuevo proyecto y un nuevo orden que no se ha podido dar de mucho tiempo atrás. La Volpe terminó de milagro sus cuatro años. No quiero ir muy lejos, pero Bora se va después de tres empates consecutivos y clasificado al Mundial, entra Manolo y cuando comenzaba el siguiente ciclo no aguantó los embates directivos de Lebrija y se fue. Vino el profe, las cosas no caminaron y llegó Aguirre al rescate. Contra viento y marea, con su recia personalidad, La Volpe se mantuvo, peleando con escollos en el camino y con enfrentamientos hacia los medios. Luego Hugo, por Carson; interino Chucho en dos eliminatorios; Eriksson por eliminatoria; “Vasco”, al rescate. El trompicado interino de Efraín, Chepo, que ilusionó y terminó cayendo. Tena; Vuce, maltratado, y “Piojo” de héroe a “Despicable Me” en un abrir y cerrar de ojos. La maquinaria del futbol consume, la de la Selección devora. Yo no digo no a la crítica, pero ésta ha perdido el respeto. Yo no digo no a la libre expresión, pero no el libertinaje por la vía libre y de mofa, de burla, de exhibición. Una cosa es hacer divertido el juego con otro estilo pero no con la ofensa directa al personaje, al protagonista.
Hoy “Piojo” se va porque la Selección no podía mandar el mensaje de libertinaje en una institución como el equipo de todos. El estilo libertino de otros lo sacó de balance y lo terminó derrotando, pero recordemos que todo lo que sube baja, y que si se actuó de mala fe, ya el destino nos dirá finalmente cuál es el mejor camino. Reitero, esto es un apunte, un ejercicio al estilo. No al personaje. Tanto Martinoli, como Luis, como Jorge, como “Piojo” merecen mi respeto como personas. Haga usted de cuenta que hablo de los personajes que interpretan en la vida real y no de los seres humanos que los representan.
La Selección una vez más está sin timón. Los relevos vuelven a ser el pan de cada día. El sustentar un proyecto es sostenerlo a viento y marea hasta Rusia 2018, se desarrolle como se desarrolle. Ya no se puede poner al técnico de moda o alguno que a los dos resultados le dan las gracias. Lo que elijan pero con eso hasta la muerte.