GUADALAJARA.- Lejos de lo que soñó Jorge Vergara, este jueves el Estadio Omnilife cumple cinco años de vida con más tragos amargos que positivos. Tras un lustro de vida, el inmueble zapopano puede presumir haber albergado los Juegos Panamericanos del 2011, una Copa del Mundo Sub-17 y conciertos dignos de primer mundo, sin embargo, todavía no sabe lo que es tener a unas Chivas exitosas sobre el terreno de juego.

El Rebaño inauguró su moderna casa el 30 de julio del 2010, venciendo por marcador de 3-2 al Manchester United de Inglaterra. Para gozo de los aficionados rojiblancos, el último ídolo de la cantera Chiva, Javier Hernández, marcó el primer gol en la historia del nuevo estadio, antes de cambiar de camiseta y jugar el segundo tiempo con la indumentaria de los “Red Devils”.

Todo lucía como un cuento de hadas para las Chivas, que además tenían unos días más tarde un inmejorable escenario para el primer partido oficial: La final de la Copa Libertadores 2010. Sin embargo, todo comenzó a tomar tintes de realidad cuando el Internacional de Porto Alegre se llevó la ida gracias a un 2-1, que a la postre se convirtió en global de 5-3.

Apenas con un encuentro oficial en sus anales, el Estadio Omnilife ya había sido casa de una amargura continental. Lamentablemente para la parcialidad rojiblanca, las cosas no han mejorado en los últimos años.

Chivas se ha clasificado apenas en cuatro ocasiones a la Liguilla en este lapso de tiempo y sólo cuentan con una victoria en “Fiestas Grandes” sobre la cancha del estadio Omnilife. Luego de vencer a Tigres 3-1 en los Cuartos de Final del Clausura 2011, el Rebaño ha empatado con Querétaro, Pumas y Atlas, además de ser vencido por Toluca y más recientemente Santos.

En cuanto a números, los argumentos no mejoran. En 105 partidos oficiales, el Rebaño ha ganado 37, empatando 36 y perdiendo 32, contando competencias domésticas, además de Copa Libertadores y Concacaf Liga de Campeones. Solamente en Liga las cifras son peores, pues en 85 cotejos han ganado 26, empatado 31 y perdido 28, con una efectividad por debajo de la media.

La triste realidad rojiblanca es que en este lapso se han vivido cambios de timoneles y proyectos, incluso cambios de césped, mas ni José Luis Real, Fernando Quirarte, Ignacio Ambriz, John van’t Schip, Benjamín Galindo, Juan Carlos Ortega, Ricardo La Volpe, Carlos Bustos y José Manuel de la Torre, han podido generar gloria desde el Estadio Omnilife. Tras cinco años, las Chivas han estado más cerca de descender que de hacer más grande su vitrina.