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4, agosto 2015 - 9:57

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POR CORTESÍA DE MIGUEL ÁNGEL GARCÍA SOTO

EN el preludio de la tarde del pasado domingo en el mítico Auditorio Nacional se integró la esencia artística de la CND (Compañía Nacional de Danza) y del INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes) con el legado musical de Francisco Gabilondo Soler, en un espectáculo efusivo para toda la familia, que hace remembranza a aquel universo melódico del afamado “Cri Crí” y arrancó la algarabía de los presentes durante todo el colorido show.
En la periferia del Coloso de Reforma se encontraban centenares de padres e hijos entusiastas por presenciar el montaje; niños y adultos vislumbraban gestos de ilusión y alegría mientras ingresaban de manera ordenada al inmueble. La cita pactada para el show del Grillito Cantor fue a las 13:00 horas, el respetable acudió formalmente y con efusivos aplausos abrieron el telón para ver a los más de 60 bailarines que se desenvolvieron de manera impecable en el escenario al ritmo de los temas infantiles más conocidos del país, y encarnaron con vestuarios muy vistosos del diseño de Jerildy Bosch a los emblemáticos personajes del compositor mexicano.
El primer encuadre escénico trajo la representación del movimiento con el sentir del tema “Saltarina en sol bemol”, que captó la atención de hasta el niño más rebelde. “¿Quién es el que anda ahí?” se escuchó, y algunas voces desesperadas coreaban es “Cri-Crí es Cri-Crí”. “El ratón vaquero”, acompañado de las palmas de la audiencia que completaba un aforo aproximado del ochenta por ciento distribuido a lo largo y ancho de la gradería. “Di ¿por qué?” contagió melancolía en algunas almas sensibles de la concurrencia. Asimismo “Gato carpintero”, “Llueve”, “El chorrito” y “Mosquitos trompeteros”, con una caracterización de unos zumbadores verdes y un juego de luces sublime, que mantuvieron en júbilo al espectador, que ya era un cautivo de las coreografías puestas por José Luis González.
“Negrito Sandia”, “La muñeca fea”, y “La merienda” se llevaron las palmas más extenuantes junto con la interpretación de “Chong Ki-Fu” con un dragón oriental que desfiló por el entarimado emocionando al niño que todos llevamos dentro, y se escuchaba a infantes enérgicos que gritaban: “Mira papá, un dragón”.
Con un impacto visual agradable y la ambientación de una iluminación bien trabajada, la escenografía desplegable está a cargo de Alain Keriou y los arreglos musicales bajo el mando de Eugenio Toussaint.
“Cri Crí” continúa la legendaria travesía musical de las letras de Francisco Gabilondo con este montaje multidisciplinario de las artes escénicas que no te puedes perder.

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