Con la tecnología de Google Traductor

Mira

4, agosto 2015 - 10:52

┃ Fernando Schwartz

nota-futm-america-equipo

EL 2 de agosto del 2015 quedará marcado en la historia del futbol mexicano como una ocasión única donde Guadalajara es último de la porcentual y América último de la general. Sí, los dos clásicos rivales comparten el mismo dolor de un sótano, pero en diferente posición. Chivas en una porcentual que le quema desde hace año y medio. América, producto de dos derrotas y una diferencia de goles que lo ha condenado al farol rojo después de dos jornadas, en una posición que no ocupaba desde el Apertura 2010, de donde se levantó y llegó a la Liguilla. Vaya circunstancia tan fuerte para los dos acérrimos rivales y con dos timoneles capaces como Chepo y Ambriz ¿Quién de los dos debería estar más preocupado?
Desde mi óptica, quien debería es José Manuel de la Torre. En la jornada 17 del torneo Clausura 2015, cuando Chivas saboreaba las mieles de volver a la Liguilla, descuidó el último juego de la temporada regular, donde cayó frente a Monarcas en el Omnilife, y esos puntos, esos tres que dejó en el camino, hoy lo han sembrado en el último de la general, con la situación de que Puebla con partido pendiente frente a Monterrey se le puede alejar más, y es que, aunque queden 32 partidos por delante y el problema se venga arrastrando desde 2012, lo cierto es que reflejarse en el último lugar de la general no viene siendo lo más adecuado para el Chiverío porque esta situación siempre presiona y además porque aunque se defiende bien, no genera al frente y las pocas que tiene no las concreta, siendo que sólo ha anotado un gol en sus últimos juegos oficiales, aquel que hizo al Atlas en los cuartos de final del torneo anterior. Chivas apostó por dinámica y velocidad en el cambio de jugadores. Ahora necesita velocidad y dinámica en resultados para salir del hoyo.
América es un caso diferente. Genera llegada, tiene gol, las ha fallado y atrás ha cometido errores infantiles que hoy tienen a Nacho Ambriz en la difícil encrucijada de la presión de los resultados. Güémez no ha funcionado en la contención, mientras que Oswaldo lo deja solo. Darwin sube en su juego y es atrevido pero no colabora con la marca. La ausencia de Sambueza es de peso porque es el líder del equipo. Adelante, dos de poder como Oribe y “Pipa” no anduvieron finos ante la portería. “Rifle” regresó como tal de Jaguares, convertido en un jugador confiable, pero ese equilibrio atrás no lo encuentra con Ventura Alvarado, que tuvo un viacrucis el sábado; Pablo y Paúl Aguilar desgastados de un verano ardiente con sus selecciones, y Osmar, que no ha terminado por afianzarse en el conjunto americanista.
Ambos urgen de resultados de manera inmediata y en diferentes circunstancias. Guadalajara para no estar aumentando la presión de olla exprés al reflejarse en el último de la general. América para que el proyecto Ambriz pueda caminar. Guadalajara por tradición no quiere sumirse en la angustia del descenso. América por su linaje no quiere perder la inercia de la exitosa era Peláez, donde se ganaron dos campeonatos de liga, uno de Concacaf y donde se recuperó el Águila de una porcentual que estaba convertida en un dolor de cabeza para todos y que fue sacando cabeza hasta recuperar protagonismo y paradójicamente hoy es último de la general cuando está en los primeros de la porcentual gracias a esa exitosa seguidilla de resultados y logros que conllevan a uno con la otra. Pero estar en el farol con el linaje águila es un acicate tremendo. Lo bueno es que tiene llegada. Lo malo es que el sábado va contra el dinámico Pachuca, que se come la pelota en la cancha con un futbol agradable a la vista y que ahora lo tiene ubicado en las primeras posiciones y con el mejor futbol que se ha visto en estas dos jornadas.
Chivas está en terapia intensiva. América, en una intermedia por la presión que se incrementa y le pega fuerte a la era de Nacho Ambriz que desde que asumió el timón ha sido muy cuestionado por no ser un técnico mediático, pero se lo digo porque le conozco, trabaja muy bien y lleva buenos grupos. Él es responsable de resultados, pero tampoco es culpable de que “Pipa” no la meta y que Ventura Alvarado haya cometido esos errores infantiles. Chepo tiene una estructura definida de jugar bien parado y de resolver con dientes apretados los partidos por lo que tiene y donde el veterano, entregado y enjundioso Omar Bravo lleva toda la responsabilidad al frente. Pero si no le llega y la única no la mete, tampoco se le debe señalar, siendo que el volumen de oportunidades que tiene en el juego son mínimas.
Hoy Chivas y Águilas comparten el dolor de un sótano que duele e incómoda. De un sótano frío y oscuro para Chivas que será su viacrucis todavía durante este largo año. América temporalmente a la sombra pero exigido de salir de ahí.