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Mira

6, agosto 2015 - 12:13

┃ ESTO

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ESTE viernes en la Arena México se presentará una luchadora que desde su presentación causa controversia, La Comandante, y se enfrentará a las técnicas Princesa Sugehit, Vaquerita y Silueta. Mientras que a la ruda la acompañarán Zeuxis y Dallys.
De visita en nuestro diario ESTO y en una amena plática con la subdirectora Rosalinda Coronado, La Comandante dijo que cuando niña le hicieron burla por su peso, hasta que un día le puso fin a ese problema encarando al joven que la molestaba.
Rosalinda le preguntó a la ruda por qué le gustó la lucha libre, y la gladiadora respondió: “Mi papá fue luchador y no sobresalió en la lucha porque le tenía miedo a los luchadores estelaristas, porque le daban tremendas golpizas”.
Sin embargo, la lucha libre la tenía en la sangre y ella insistiría en cumplir su sueño. A pesar que su padre no estaba de acuerdo, La Comandante insistió y su presentación ocurrió en el Toreo de Cuatro Caminos bajo el nombre de La Nazi. Se había cristalizado su sueño, sólo que le duró muy poco, pues la empresa desapareció.
“Cambié de nombre por una gira que iba a hacer en Francia, y como no estaba Pierroth, me subieron de grado. Quedándome con el nombre de La Comandante”, comentó la gladiadora.
Tuvo que buscar una oportunidad en Triple A, y de cierta manera le recordó su infancia, pues aunque tenía trabajo, la hacían a un lado, y después de cinco años, decidió salirse e irse como independiente.
Luego se encontró a Pierroth y le preguntó si quería trabajar pero en la herrería, y La Comandante no se echó para atrás y llegó a donde la había citado el bocazas. Pero la sorpresa se la llevó ella, pues desde ese momento acompañó a Pierroth en todo momento.
Aunque el trabajo con el rudo fue muy difícil, pues tuvo que soportar fuertes golpes que recibía de los luchadores, se convirtió en una mujer más fuerte. Cuando el Consejo Mundial dio a conocer el nuevo grupo de luchadoras, La Comandante se convirtió en la rival a vencer.
Para ella las oportunidades se iban presentando cuando la llamaron con la tercia de TRT; luego, en el 2011 hizo una gira por Japón, y es la luchadora que más viajes ha realizado al lejano oriente.
En Japón fue muy bien recibida porque su trabajo era muy distinto a las demás. Muy aguerrida y provocando la ira del tan difícil público nipón.
“Las luchadoras japonesas están bien preparadas. Son recias y dan unos patadones que uno quiere llorar, pero hay que desquitarse” confiesa. Al término de la función, a las luchadoras les dan masajes y baños de sales para cuidarlas.
La luchadora capitalina se quedó con las ganas de pertenecer al Ejército Mexicano, admira mucho la disciplina que tienen. Finalmente, la gladiadora agradeció las oportunidades que ha tenido y dice que aún no es suficiente.

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