POR CORTESÍA DE JESÚS TEPEPA

FUE en 1989, durante la celebración del Festival OTI, que una adolescente de tan solo dieciséis años triunfó con la creación de Carlos Lara y Jesús Monárrez, “Una canción no es suficiente”; Analy se dio la mano con la diosa popularidad para después incursionar en el doblaje de filmes musicales.
Luego de veintiséis calendarios, ya una mujer, ofrece aquella voz en un concierto sobre el escenario del Centro Cultural Roberto Cantoral, y transita a través de versos pletóricos de esperanza, colores sonrientes y optimismo.
La música inunda esa atmósfera… emerge un “Yo creo en ti” cual alabanza hacia un ser etéreo… aquella vereda se ilumina… pues “Tu gloria” me enamora… mas no es un amor terrenal, va mucho más allá de los sentimientos mundanos. El caminar a través de la luz proyecta siluetas en la mente, los corazones, almas… se yergue majestuoso el “Guardián de mis sueños”… esas imágenes que viven anhelantes… las mismas ilusiones que claman por convertirse en realidades, en un “Reflejo del vivir”.
Las palabras nacen desde todos los adentros, hay sentimientos, pensamientos… Con todo el corazón eleva unos versos pintados en el espíritu transformado en lienzo coloreado por un pincel invisible en tintes casi divinos. Analy fue una promesa juvenil, hoy es una realidad madura… quizá no el fenómeno popular o provocador del grito en última moda, sin embargo, es un alma transformada en voz que proyecta vibraciones de existir. Ella se muestra “Fuerte”… con la fuerza regalada por caminar en los bosques intrincados, sinuosos, los cuales al final ofrecen bellos amaneceres… son las “Mayores cosas” obsequiadas por un existir sereno, ansiosamente tranquilo. La noche sigue avanzando… sobre el horizonte se dibuja ese pasado… los recuerdos arriban en forma de verso enmarcado con sonidos armónicos, nostálgicos… quizá para ese ayer o un mañana, “Una canción no es suficiente”.