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Mira

9, agosto 2015 - 14:35

┃ Tonatiuh Guerra

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POR TONATIUH G. TRUJILLO

FOTO: ERIK ESTRELLA

ENVIADOS ESPECIALES

TOLUCA.- El vuelo de Monarcas es imponente y majestuoso, nada parecido a lo que mostró en los tres torneos pasados, los cuales los metieron a la lucha por el descenso.
Ayer con una solitaria anotación de Juan Pablo Rodríguez por la vía del penalti, Morelia mantuvo el invicto y la cima de la tabla general, para de esa forma continuar escalando en el abismo del descenso y dejando atrás a Chivas y Puebla, sus más cercanos perseguidores; además, los purépechas continúan como la mejor defensa del torneo, pues hasta el momento, Cirilo Saucedo ha mantenido intacta su meta.
Por su parte, los Diablos de José Saturnino Cardozo sufrieron su primera derrota en el torneo, lo cual generó molestia en el estratega paraguayo, quien se vio superado por su maestro, Enrique Meza, quien en su regreso al Nemesio Diez fue ovacionado por los gratos recuerdos que dejó en el Estado de México.

¡ARDIENTE!
En un segundo el infierno vivió un drástico cambio de temperaturas.
Un potente disparo de Dieter Villalpando congeló a los miles de seguidores choriceros, quienes ya se lamentaban el gol en contra, pero el héroe escarlata apareció y apaciguó las aguas, que posteriormente se revolcaron nuevamente y enardecieron nuevamente las llamas del averno toluqueño. Óscar Rojas apareció en la línea de meta y desvió con la cabeza el riflazo purépecha para mantener intacto su marco, por lo que los cimientos del Nemesio Diez se cimbraron con el efusivo cántico ¡Olé, olé, olé, Óscar, Rojas!
Tras la magnífica salvada del dorsal ‘6’, los Diablos enfurecieron y buscaron terminar con el cero en la cabaña de Cirilo Saucedo, así que tocaron constantemente la meta michoacana, hasta que las redes visitantes se estremecieron, Uribe aprovechó un magnífico pase filtrado de Botinelli y clavó el esférico en la portería de Saucedo, lo que provocó la euforia de los choriceros, pero esta alegría se convirtió en decepción y malestar, pues la bandera del asistente dos, Pablo Hernández decretó un fuera de lugar.
Esta jugada, encendió la mecha de los morelianos, quienes se volcaron al frente y en base a la velocidad de Cuero y Villalpando generaron un sin fin de jugadas de peligro sobre la meta de Talavera, pero los cabezazos o disparos de Pellerano y Velázquez culminaban en las manos del cancerbero choricero.
Así con un final trepidante y que mantuvo a los seguidores al filo de la butaca y con el grito de gol ahogado en la garganta culminaron los primeros cuarenta y cinco minutos del cotejo.

¡CHATOS!
Tras el final vibrante de la primera mitad, Diablos y Monarcas se quedaron sedientos de triunfo, por lo que saltaron a la cancha con el firme objetivo de llevarse los tres puntos, así que el duelo se convirtió en un vaivén de emociones en donde Saucedo y Talavera se convertían en los héroes del encuentro.
Ninguno de los dos equipos encontraba la llave para abrir el encuentro, hasta que la constancia de los michoacanos y un error de los choriceros fueron las armas para hacer vibrar el infierno.
Tras un pase filtrado de Dieter, Cuero quedó completamente solo dentro del área escarlata listo para fusilar a Talavera, quien en el afán de mantener los cartones igualados, salió como tren para evitar la caída de su marco, pero le resultó contradictorio pues se ‘llevó puesto’ al camisa ‘23’, por lo que García Orozco no dudó en marcar la pena máxima, la cual el ‘Chato’ Rodríguez concretó con clase y calidad.
El gol en contra enfureció a los Diablos, quienes echaron toda la carne al asador y se volcaron al frente buscando igualar los cartones, pero la zaga comandada por Torsiglieri, Erpen y Pérez aguantó estoicamente los embates de Triverio, Cueva y Paolu Da Silva, quien en los tiros de esquina se integraba al ataque y generaba enorme peligro sobre la meta de Cirilo, quien con sendas atajadas mantenía el invicto de los purépechas, quienes aprovecharon que los escarlatas estaban volcados al frente para contragolpearlos y finiquitar el encuentro, pero la mira de Velázquez y posteriormente Ochoa no estuvieron finas.

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