POR RAFAEL HUESCA GOZÁLEZ
ASÍ de claro Jorge Sampaoli resultó ser todo un costal de mañas para tratar de ganar más plata aprovechándose del interés que había mostrado la Federación Mexicana de Futbol por contratar sus servicios.
El argentino como buen vividor habló a la FEMEXFUT y él mismo pidió hacer la cita con la persona indicada, en este caso Guillermo Cantú, en la llamada concertó el encuentro en Buenos Aires, dos días después de la gran final de la Libertadores. En la reunión el entrenador llegó con un proyecto elaborado por él mismo y su agente, donde supuestamente habían visto jugadores y que tenía mucho conocimiento del futbol mexicano (mentira total)
Durante la negociación él comentó que tenía una cláusula de rescisión de dos y medio millones de dólares y que ganaba tres, pero si le pagaban el 20% más él se encargaba de negociar todo con la Federación chilena.
Gran sorpresa se llevó el entrenador cuando el directivo azteca, con colmillo bien retorcido, le dijo que no podían hacer eso, que lo ideal y correcto era hablar de Federación a Federación, cosa que no le gustó al técnico andino, sin embargo ahí no quedó su ambición. Llegó a Santiago y se reunió el martes pasado a las 11 horas de México con su presidente Sergio Jaude y le dijo que había rechazado la propuesta mexicana, pero si no le aumentaban el 30% del salario la tomaría en cuenta y renunciaría a la dirección técnica chilena.
Cuestión que en un par de horas se arregló y no hubo problema, tenía un mejor contrato. La realidad es que Sampaoli se autoblindó y quería quedarse con la plata del supuesto blindaje más su salario y el de sus asistentes, por eso no quiso que la federación mexicana negociara directamente.
Esa es la historia de una negociación ventajosa que no prosperó por la habilidad de un directivo mexicano que fue más astuto que él.