POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

EL matador Eulalio López “Zotoluco” se enfila a una serie de festejos en los próximos días donde se protagonizarán importantes corridas de toros en marcos de las principales ferias de México. A finales del mes pasado el diestro regresó de uno de los tantos viajes que ha hecho a España este año, con el único fin de continuar su preparación en las dehesas españolas; pareciera que es el comienzo de su carrera con la sobrada ilusión que le enfunda, aunado a una condición física que ya la quisiera un chaval. El matador volvió para darle la alternativa a Gabriel Sánchez, en Tetla, el 26, previo paso por ganaderías tlaxcaltecas en cuanto se bajó del avión.
A 29 años de alternativa, Eulalio López persigue todavía el sueño de ser mejor cada día, adicto a la perfección y apasionado de su carrera. Estos elementos no le dejan ni un minuto fuera de su entorno, ya que es un torero las 24 horas. La exigencia crece más todavía en estos 29 años, verle en las ganaderías es como observar a un novillero prototipo, lleno de alegría y deseos por torear vacas.
El tiempo no ha sido un factor que preocupe al torero, pues su pasión no tiene edad ni límites, es un torero que nació con la gran ilusión de sentirse figura a cada momento, nata su grandeza.
Y sigue contando en los mejores eventos taurinos, como base de las ferias más representativas. Mañana se presenta en la Corrida de las Luces, es la plaza La Taurina, de Huamantla, acartelado con Uriel Moreno “El Zapata” y Octavio García “El Payo”, para lidiar ganado de Rancho Seco.
Al otro día, el sábado, actúa en un festejo benéfico, Toros Unidos por Acuña, que pretende reunir fondos para los damnificados; alternará con el maestro Eloy Cavazos, Enrique Garza, “El Payo” y Fermín Espinosa “Armillita”, además del ejemplar rejoneador Jorge Hernández Gárate.
Y el ocho de septiembre se le verá en la feria de Zacatecas, ante un encierro de San Miguel de Mimiahuapam, toros para toreros.
A un ciclo de cumplir 30 años de alternativa, Eulalio se muestra como el primer día, para seguir dando la pelea, como él lo ha dicho. A 29 años de doctorado, ver en el ruedo a “Zotoluco” es ir a paladear la maestría y el poderío a su máxima expresión, acentuado de una técnica más que depurada.
Los andares han sido largos por tierra, cielo y mar.
El tiempo parece estar de su lado, la vida misma; es innegable esto cuando un ser humano honra a la vida misma.
Toros incontables, faenas para enmarcar.
El hombre vestido de luces, el toro dispuesto a matar.
El ritual se repite de manera incansable una y otra vez.
Huella indeleble en dos continentes.
Definitivamente, “Zotoluco” para siempre.