LA tormenta pasó, Nacho Ambriz soportó los cañonazos, la marea alta y se mantuvo como el capitán del barco azulcrema.

El técnico emplumado aguantó a pie firme las críticas, nada lo derrumbó,

ahora goza su momento.

Nacho poco a poco gana adeptos, su solidez en el campo cautiva a los aficionados azulcremas.

Ambriz se repliega bien atrás pero no se olvida de atacar, América ha goleado en sus últimos compromisos en la Liga, Tuzos, Dorados y Santos han sufrido la explosividad de la ofensiva azulcrema.

El ex de Querétaro mantiene el perfil bajo, la humildad es su sello.

Nacho se ve tranquilo, contento, goza cada entrenamiento en Coapa.

El estratega de las Águilas alienta al grupo, es parte de los ejercicios, domina el balón y hasta carga los obstáculos para los tiros libres.

El grupo lo respalda, el apoyo de sus jugadores se lo ganó a pulso.

Todas las críticas están en el pasado, por ahora nadie se mete con él, pero cuidado, un tropiezo puede cambiar todo. América no le permite ni un respiro. (Javier Juárez