POR A.G. GONZÁLEZ
FOTO: JOSÉ LUIS GARCÍA

RICARDO Ferretti sonríe una vez más. Es la décima en fila. Goza el momento y hasta sale con esas respuestas folclóricas como con las que alguna ocasión se descartó para dirigir a la selección nacional. Pero luego no tiene más remedio que reconocer que “cae más pronto un hablador que un cojo y a mí me tocó”.
Y ahí está, A un lado de Decio de María, presidente de la Federación Mexicana de Futbol. De Guillermo Cantú y de Santiago Baños, secretario general y director deportivo de selecciones, respectivamente. “Durante mucho tiempo dije muchas cosas, pero ahora creo que puedo apoyar, siento ese compromiso”.
Después de dejar claro que sólo estará en el puesto por los siguientes cuatro partidos de la selección, con el duelo ante Estados Unidos como el más importante en busca del boleto a la Confederaciones, Ferretti habló de todo lo que se le puede preguntar a un tipo que recién acaba de tomar un cargo como éste.
“No soy un salvador, solo un técnico interino”, dijo después al momento de hablar de las responsabilidades que tiene a partir del próximo domingo cuando inicie su segunda etapa con el representativo nacional. “Yo ya estuve en la selección para el Mundial de Estados Unidos (1994) rememora Ferretti”, de aquellos tiempos cuando fue auxiliar de Miguel Mejía Barón, quien curiosamente ahora fungirá como uno de sus asesores de campo.
También ya en alguna ocasión, en 1993 previo a la Copa Oro, fungió como el entrenador del equipo que se preparaba para dicho torneo en un amistoso ante Costa Rica.
Así es el futbol. Ferretti lo sabe, lo entiende y en estos momentos le saca lo más positivo al asunto de volver a dirigir a la selección mexicana. No cobrará nada, ha sido claro, lo mismo que al hablar de que no pretende quedarse en el puesto y después de tratar de clasificar al Tricolor a la Copa Confederaciones, habrá cumplido con aquello de regresarle algo al futbol que lo recibió hace casi 40 años, para después regresar con sus Tigres.