POR LUIS GARCÍA OLIVO
ENVIADOS ESPECIALES
SANDY, UTAH.-Con mucho por mejorar, pero con el conocimiento de que se trató de un equipo alterno, México batalló de más para igualar frente a un rival que poco a poco se torna en un hueso duro de roer. Una Trinidad y Tobago que se quitó desde hace tiempo las etiquetas y le hace juego al Tricolor, que apenas alcanzó a igualar 3-3 en el debut de Ricardo Ferretti en el comienzo de su interinato.
Cierto que México dominó, que fue más que los caribeños, pero en el fondo, el resultado no deja de preocupar y más cuando Estados Unidos está a la vuelta de la esquina. Errores puntuales en la zona baja, inconsistencia en el mediocampo y falta de contundencia en la delantera son los puntos a trabajar en el miniciclo del “Tuca”, que no se puede dar por tranquilo.
Esquivel, Jiménez y Herrera salvaron la noche, pues hubiera sido inexplicabe que Trinidad triunfara, como en aquella ocasión se quedó cerca en la Copa Oro con el vibrante 4-4. México alcanzó la igualada, pero ya se verá el martes, con el cuadro de lujo, cómo le compite a Argentina que no tuvo piedad de los bolivianos.
EL JUEGO
Inesperadamente y sin argumentos como para irse al frente, Trinidad y Tobago volvió hacer de las suyas y sorprendió como en aquella ocasión lo hiciera en el 4-4 de Charlotte en el cierre de la fase de grupos de la Copa Oro.
Con un cuadro mexicano en plena adapatación al estilo de juego de Ferretti y a la cancha, los caribeños aprovecharon el primer error defensivo de Oswaldo Alanís para marcar el tanto mediante un riflazo de Jonathan Gleen, quien no perdonó y vacunó a Talavera apenas a los siete minutos.
Incrédulo por el gol, el Tricolor poco a poco ganó terreno, controló los nervios, se hizo de la mediacancha y pelota, aunque en varias ocasiones la poca experiencia de Martín y la intensidad de Vela no comulgaron, por lo que Ferretti les pidió más a Esquivel y Aquino, por ello fabricaron jugadas por las praderas.
La calma del “Tuca” duró escasos minutos, pues después del gol trinitario arengó y exigió a sus pupilos como si tuviera mucho tiempo de conocerlos, por lo que Dueñas se animó a disparar de lejos y tiempo más tarde envió un balón que el propio Vela reecentró para que nadie empujara. México vivió su mejor momento, pero nuevamente los caribeños aprovecharon la segunda oportunidad que los refrescó.
Keron Cummings fue el nuevo verdugo de Tala, pues lo fusiló luego de una pelota que perdió Alanís en plena batalla con Glen. No fue la noche del jugador rojiblanco y los de Tobago sonreían con el 0-2. Par de llegadas, par de tantos, contundencia pura de los caribeños.
Helado el Río Tinto, México no cambió el guión, continuó con la iniciativa y luego de varios intentos y llegadas, Carlos Esquivel remató con la testa el 1-2 que mandó a las regaderas a un México más animado para el empate de la segunda parte.
No obstante y ocho minutos después, el juvenil Henry Martin no controló la intensidad y en plena batalla dejó la cancha por lesión, mala fortuna para el debutante que dio entrada al flamante refuerzo del Benfica, Raúl Jiménez, que igualmente como lo hizo el pasado fin de semana con las Águilas frente al Moreirense, su primera pelota que tocó la convirtió en gol, la racha del 9 sigue y parece no parar.
Ya con el empate de 2-2 no todo fue bien sorteado para México, pues los errores defensivos continuaron, Reyes y Alanís se quedaron a millas de los indiscutibles, Moreno y Márquez, y otorgaron facilidades a los atacantes rivales.
Y como si se tratara de una segunda parte de lo ocurrido en Copa Oro, TyT nuevamente dio la voltereta. Un tiro libre de Joevin Jones hizo explotar a Ferretti que tardó en modificar. Aunque segundos más tarde envió a Moreno y Herrera por Alanís y Dueñas, respectivamente.
La cosa no terminaría ahí, el Tricolor encerró al enemigo. Primero Aquino tiró desviado, después Raúl y le siguió Herrera que en su primer intento lo intercambió por golazo desde fuera del área, 3-3 y el flashback volvía, pero ahora en pleno interinato.
El tiempo no dio más y aún así, Herrera nuevamente jaló del gatillo, pero el fin era cuestión de segundos para que se escuchara. No hubo más y a México nuevamente le costó trabajo empatar contra un rival que ya le perdió el respeto.