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Ajo y agua. Hugo Sánchez
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Hugo Sánchez

15, enero 2019 - 0:32

Ajo y agua

POR HUGO SÁNCHEZ

 

Me da gusto que Diego Lainez haya llegado a un acuerdo para irse al futbol europeo, específicamente al balompié español, que es la mejor liga del mundo, y a un equipo con mucho folclore y alegría en cuanto a su juego se refiere, no digamos de la vida misma, porque eso es ya otro cantar y otro capítulo extra. Pero en cuanto a futbol se refiere es un equipo que ha mejorado mucho, ya que en su momento sufrió tres descensos, el último de ellos en la temporada 2013-2014, pero desde que regresó, 2014-2015, ha permanecido cuatro campañas, contabilizando la presente.

Ahora con esta nueva era de contrataciones de jugadores de calidad y talento, y hablando de la juventud de Diego, ya que muchos de los integrantes del equipo andaluz, la mayoría son jugadores grandes futbolísticamente hablando, de edad, y al ir contratando gente joven, como Diego, van a estar planificando un futuro deseando conseguir más éxito del que están logrando hasta ahora.

Ya hemos desfilado muchos otros mexicanos. Mucho antes que yo hay que recordar al “Pirata” Luis de la Fuente (1934) en su incursión al viejo continente, para las filas del Racing de Santander. Después, a José Luis Borbolla, quien en 1944 arribó al Deportivo La Coruña y un año después militó en el Real Madrid. Posterior a mi incursión, a partir de 1981, debemos contabilizar a muchos otros viajeros mexicanos, muchos de ellos procedentes de Pumas, como yo. Entre ellos, Luis Flores (1986) al Sporting de Gijón, Manuel Negrete (1986) Sporting de Lisboa. En ese mismo año, el “Vasco” Javier Aguirre fue a parar al Osasuna; poco antes, en 1985, Guillermo Mendizábal, al Rayo Vallecano; Eduardo de la Torre (1987), Xerez; Chepo de la Torre (1988), Oviedo; Francisco Javier “Abuelo” Cruz (1988), Logroñés; Carlos Hermosillo (1989), Stándar de Lieja.

La lista se extiende hasta nuestros días y destacan muchos compatriotas como Luis García (1991), Atlético de Madrid; Joaquín del Olmo (1996), Vitesse; Germán Villa (1998), Espanyol; Rafael Márquez (1999), Mónaco; Gerardo Torrado (2000), Tenerife; y, desde luego, Cuauhtémoc Blanco (2000), al Valladolid.

Después de ese año tendríamos que citar a muchos otros, algunos de los cuales todavía se encuentran en Europa: Paco Palencia (Espanyol), Manuel Vidrio (Osasuna), Antonio de Nigris (Villarreal), Carlos Vela (Arsenal), Jared Borgetti (Bolton), Carlos Salcido (PSV), Aarón Galindo (Hércules), Francisco “Kikín” Fonseca (Benfica), Ricardo Osorio (Stuttgart), Pável Pardo (Stuttgart), Andrés Guardado (Deportivo La Coruña), Héctor Moreno (AZ Alkmaar), Omar Bravo (Deportivo La Coruña), Francisco Javier “Maza” Rodríguez (PSV), Miguel Layún (Atalanta), Pablo Barrera (West Ham), Efraín Juárez (Celtic), Javier “Chicharito” Hernández (Manchester United), Ulises Dávila (Chelsea), Guillermo Ochoa (Ajaccio), Santiago Palacios (De Treffers), Héctor Herrera (Porto), Jesús Corona (Twente), Javier Aquino (Villarreal), Diego Reyes (Porto), Raúl Jiménez (Atlético de Madrid), Omar Govea (Porto), Raúl Gudiño (Porto) David Izazola (Budapest), Alan Pulido (Levadiakos), Jonathan Espericueta (Villarreal), Carlos Salcedo (Fiorentina), Marco Fabián (Eintracht), Israel Castro (Toledo), Eduardo Herrera (Rangers), Antonio Briseño (Feirense), Carlos “Gullit” Peña (Rangers), Hirving Lozano (PSV), Uriel Antuna (Groningen), Joao Maleck (Porto), Néstor Araujo (Celta de Vigo), Jorge Enríquez (Nicosia), Oswaldo Alanís (Real Oviedo), Érick Gutiérrez (PSV) y en este naciente 2019, Diego Lainez.

Ahora Lainez tendrá la fortuna de estar respaldado por Andrés Guardado, uno de los jugadores mexicanos que ha mostrado una regularidad durante muchos años en el futbol europeo, y esto nos tranquiliza a los mexicanos el saber que no llega solo como en su momento me tocó llegar al futbol español, en 1981, en mi aventura con el Atlético de Madrid, que sin que haya habido ningún mexicano sí tuve cierto apoyo con Dirceu, aquel jugador brasileño, (qepd), que jugó en el América, así como Rubén Cano, quien era un delantero centro argentino que llevaba muchos años en España. Y Clemente Villaverde, quien es actualmente gerente y consejero de los Colchoneros, quien a mi llegada fue mi compañero de habitación y ahora ocupa un importante cargo en el club madrileño.

En ese año sufrí los tres peores meses que viví en mi vida como futbolista, ya que el entrenador que me había contratado había tenido una discusión con Dirceu, precisamente, y lo destituyeron, así como a Héctor Núñez, quien era el secretario técnico de ese entonces, que ahora se llama director deportivo. Fue contratado como entrenador de los Tecos en la Universidad Autónoma de Guadalajara, y me quedé sin respaldo y sin el apoyo de quienes me habían contratado.

El entrenador Luis Cid Carriega no me metía a jugar, porque si triunfaba el mérito se lo llevaba quienes fueron por mí a México. Durante esos tres meses vino el maldito premundial en Honduras, que fue un regalo de los directivos mexicanos, en la no participación de México al Mundial, por esa decisión estúpida de hacer el hexagonal en una sola sede. Y no clasificando me llegó una desilusión tremenda, ya que el Mundial iba a ser en el 82 en España.

A mi regreso de esa desilusión tuve la grata noticia de que había regresado el entrenador José Luis García Tray, quien es el que me había contratado anteriormente. Y a partir de mi primer juego contra el Hércules de Alicante, que con un gol mío ganamos de visitantes, fue cuando las dificultades finalizaron, convirtiéndose a partir de ahí en momentos agradables que ya todos ustedes conocen.

El abrir las puertas de Europa y de España a los futbolistas mexicanos me ha dado mucho gusto y felicidad saber que lo hice dejándolas abiertas para siempre, y espero que todos estos jugadores que vinieron a jugar en Europa y en este caso a España, no hayan sufrido tanto como pasó conmigo.

No se creía en el futbolista mexicano. Ahora, ya con el tiempo, nos hemos ganado mucha credibilidad, pero nos falta adquirir más como se lo han ganado los brasileños y los argentinos, así como los uruguayos también, colombianos, chilenos, paraguayos, etcétera.

Me gustaría que cada vez haya más futbolistas mexicanos en Europa e imitar la política deportiva que hacen las grandes potencias, no solamente teniendo grandes jugadores jugando en las mejores ligas del mundo y en los mejores equipos, sino que también se tomen buenas decisiones de quienes nos dirigen, para salir de la mediocridad en la que nos encontramos. Sí hemos avanzado, pero no a la velocidad que deberíamos.

En el continente americano el futbol mexicano llegó a conseguir el puesto que realmente nos corresponde, que es ser terceros en cuanto a liga, calidad y talento se refiere, después de Brasil y Argentina, pero por las malas decisiones de nuestros dirigentes, hemos caído en la sexta o séptima posición, después de Chile, Uruguay, Colombia, Paraguay y Ecuador, para quedar en la séptima posición. Eso hay que corregirlo.

Nuevas generaciones se tienen que dar en mayor cantidad, pero dándole espacio a los futbolistas mexicanos que están tapados por muchos extranjeros. Y muchos de ellos no tienen la calidad para ocupar un puesto de trabajo que le están quitando a los mexicanos. Y esa postura la aprendí cuando llegué a España, en mis inicios. Me dijeron que si sabía alo que venía. Y yo respondí, me considero joven y quiero seguir aprendiendo. Lo que me contestaron fue que más que aprender tenía que enseñar, porque si me trajeron a ocupar el puesto de un español tengo que mostrar que son mejor al que le estoy quitando un puesto laboral. Y esto aquí en México no sucede y es por culpa de las decisiones de inscribir a muchos extranjeros en los equipos. Reitero que en los equipos mexicanos, en todos, a excepción del Guadalajara, debe haber por lo menos seis mexicanos en la cancha todos los partidos. Y si son cuatro en lugar de cinco extranjeros por equipo, mejor todavía.

Le deseo mucha suerte a Diego Lainez en esta nueva aventura que se le está presentando a una edad fantástica y que haya tomado la mejor decisión, ya que se supo, según informaciones, que el Ajax de Holanda también estuvo interesado.

La opción también era muy buena, ya que el futbol holandés no es de mucha exigencia como la española y que en el Ajax hay más jugadores jóvenes parecidos a Diego como para sentirse un poco más cómodo, y ahí podría adquirir la experiencia y la madurez como para después ir a un equipo más grande. El hubiera no existe en el futbol ni en la vida, su destino es el Betis y respaldado por Andrés Guardado, el actual capitán de la Selección Mexicana, esperemos que sea el apoyo suficiente para que la experiencia y madurez que irá adquiriendo Diego en el futbol español, sea lo más rápido posible para así tener el éxito que todos deseamos y queremos, por bien de él y del futbol mexicano.

Sus padres han hecho una buena labor de presionar y apoyar a su hijo que tanta ilusión tenía de irse a jugar al extranjero. Y hay que felicitar también al América, por dejarlo salir. Tal vez, en mi opinión, hubiese beneficiado más ir al Ajax, con menos dinero, pero en el América habrá influido también para que fuera el Betis, porque fue el que más dinero ofreció. Aún así estoy contento de que una estrella joven mexicana esté en Europa y en el país donde se juega el mejor futbol del mundo.

¡Que te lo digo yo!