Qué agradable “Barullo”

Me hace recordar cuando traje a Marioni al futbol mexicano, donde dio una magnífica imagen en su juego; fue una de las piezas fundamentales para conseguir el primer campeonato de 2004.

Lamentablemente la paciencia que David Patiño necesitaba para seguir mostrando su capacidad como director técnico, entrenando a un equipo donde le faltan estrellas, se terminó por parte de la directiva. David demostró esa virtud mientras duró con Pumas, pues si bien la temporada pasada hubo buenos refuerzos, aunque sin ser muy llamativos, para este torneo no hubo refuerzos importantes y eso afectó la continuidad que tanto deseaba. Y, una vez más, en algo que ya es rutina, más que los resultados, como se dice en el argot futbolístico, debe haber influido el juego mostrado y el ambiente interno, que es de suponer ante la falta de números.

La llegada de Bruno Marioni me da gusto, porque desde hace un buen tiempo siento que estaba deseando dirigir en algún momento al equipo del Pedregal, y Rodrigo Ares, y supongo que también el Consejo Técnico Deportivo, habrán decidido darle la oportunidad.

Me agrada su llegada a Pumas, ya que me hace recordar cuando lo traje al futbol mexicano. Después de tener algunos problemitas con su pasaporte comunitario en Europa, pudimos ayudarle para que pudiese jugar en México, justamente con la escuadra universitaria, y dio una magnífica imagen en su juego, efectividad y carácter ganador.

Marioni fue una de las piezas fundamentales para conseguir el primer campeonato de 2004, jugando la final contra Chivas, donde nos fuimos a tiempos extra y ganamos en serie de penaltis. Fue un momento inolvidable que me gustaría que Bruno volviese a vivir, pero ahora ya como técnico de Pumas.

Le deseo toda la suerte del mundo a Bruno en esta nueva aventura en su carrera como director técnico, y espero que Rodrigo Ares y los dirigentes universitarios apoyen su proyecto en todo momento y refuercen a un equipo que para pelear frente a grandes escuadras necesita de un plantel más fuerte.

Habrá que luchar por el ansiado título, siempre y cuando refuercen al equipo con grandes figuras para aspirar al campeonato.

David Patiño, antes, y ahora Bruno Marioni, saben que estoy en la mejor disposición para apoyarles y sugerirles cualquier cosa que les haga falta. A David, por el momento, solamente le puedo mostrar mi apoyo y solidaridad, además de felicitarlo porque hizo un excelente trabajo, a pesar de las limitaciones que tuvo.

Y en lo que toca a Bruno, le quiero decir que estoy localizable para él y para Pumas, para cualquier sugerencia que les pueda hacer.

DIEGO REYES, ANTE NUEVA OPORTUNIDAD

Justo cuando el mercado invernal de traspasos a nivel internacional está por cerrarse, se produce un movimiento que como mexicano no puede producirme más que agrado. Se trata del regreso de Diego Reyes al futbol español.

En efecto, el talentoso zaguero mexicano, luego de un fugaz paso por el futbol de Turquía, con el Fenerbahce, equipo en el que duró apenas seis meses, decidió cambiar de aires. Y qué bueno por Diego, ya que en el futbol turco tuvo muy poca actividad, con apenas 14 partidos jugados.

Ante tal situación, siento que se había metido en un tobogán que lo llevaba por una constante baja de actividad y de nivel futbolístico, que incluso hacía peligrar su presencia en la Selección Nacional, especialmente ahora que se inicia un nuevo ciclo con la mira puesta en la Copa Mundial de Qatar.

Ahora, con su regreso al futbol de España, en las filas del Leganés, Diego Reyes recibe una nueva oportunidad para reimpulsar su carrera y mostrarse al mundo en el escaparate que suele representar la Liga española para todo el planeta.

Con apenas 26 años de edad, Reyes, surgido de las fuerzas básicas del América, tiene todavía mucho que mostrarnos, y su nuevo club representa la plataforma desde la cual podría saltar a un equipo más grande, después de haber militado anteriormente en otros dos clubes de Eapaña, como son la Real Sociedad y el Espanyol; además de su paso por Portugal y Turquía.

Bien por Diego Reyes, y por el futbol mexicano.

¡Que te lo digo yo!