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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

26, febrero 2021 - 4:06

Las reglas y los reglazos

Que haya riego parejo

Cualquiera, absolutamente cualquiera, con la mano en la cintura se toma el atrevimiento de aseverar que: “Hay crisis en el arbitraje mexicano”, puede ser; sin embargo, viendo los partidos de la Champions en donde, por poner un ejemplo, expulsan, de manera más que polémica, en el Atalanta vs. Real Madrid a un defensor de los italianos por malograr una (supuesta) clara y manifiesta oportunidad de gol, sin ni siquiera consultar al VAR.

O cuando vemos en el Lazio vs. Bayern Munich, que, en un principio, anulan un gol de los alemanes (por supuesto fuera de lugar) en donde el balón claramente viene de un adversario y no es sino hasta que interviene el VAR, tomándose una eternidad en decidirlo, que se da por bueno el tanto, es que podemos concluir que “en Europa tampoco venden piñas”.

Y no se trata de caer en el conformismo de “mal de muchos; consuelo de tontos”. Lo que ocurre es que, por un lado, se ha vuelto muy difícil arbitrar en el mundo entero y por el otro, a los colegiados son a los únicos que se les exige ser inmaculados.

Digo, si vamos a hablar de crisis, por qué no nos referimos a la paupérrima calidad balompédica con que nos atormenta semana a semana la Liga Mx, en donde un altísimo porcentaje de los partidos provocan los bostezos del respetable por su paupérrimo espectáculo.

Así, pocos hablan de la crisis que provoca “el cartel de pantalón largo”, cuando deciden, anteponiendo los intereses económicos a los deportivos, de un plumazo, abolir el descenso, durmiendo al velador.

O la crisis de valores exhibida por muchos de los que participaron en el San Luis vs. Santos de la semana pasada, cuando desde el palco, exhibiendo una cobardía aberrante y utilizando un lenguaje que denotaba la más ínfima de las calidades humanas, supuestos “directivos” del equipo local insultaban soezmente al silbante.

O un recoge balones haciendo trampa, perdiendo tiempo porque su equipo va ganando, lo que sirve de pretexto para que un futbolista lo agreda, a pesar de ser menor de edad.

O que el mismo jugador se queje de haber recibido insultos racistas, sin poder probarlo, sembrando cualquier cantidad de dudas. Tan grave sería que lo discriminaran por su color de piel, como que él inventara esa situación victimizándose.

Si vamos a exigir… que haya riego parejo.