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Ajo y agua. Hugo Sánchez
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Hugo Sánchez

10, abril 2018 - 2:13

Ajo y Agua

Fue un 10 de abril de 1988, justo hace 30 años. Ese día conseguí el gol de mis sueños. Nunca podré olvidarlo.

Desde que era niño, con apenas 4 o 5 años, presenciaba desde afuera del campo los partidos que jugaban los papás después de los juegos de competición de mis hermanos Héctor y Horacio. A mi padre lo vi en varias ocasiones ejecutar este remate que desde entonces ya le llamaban chilena y que a mi papá le gustaba mucho.

Recuerdo que mi padre tenía poco más de 40 años y, siendo también delantero centro, era goleador y muy buen delantero; es lo que me dicen sus compadres y amigos, pero de lo que yo alcancé a ver, lo que más me llamó la atención fueron esos remates espectaculares que, para hacerle honor a él, empecé a practicar desde muy niño. De tanto que repetía ese remate en todos los sitios que me lo permitían, como en el rancho de mi tío Joaquín, en la Puerta 2 de Ciudad Deportiva, siempre fue con la intención de rendir un homenaje a mi padre.

En ese entonces ya empezaba a destacar por las cualidades que iba mostrando, y sentía que podía destacar en este maravilloso deporte que es el futbol, porque desde que empecé a caminar, tanto mi padre como mis hermanos mayores me sirvieron de entrenadores, y también como competencia, pues nos enfrentábamos en diferentes habilidades del futbol como dominar el balón con distintas partes del cuerpo. Es claro que los genes de deportista que heredé de mi madre, a quien le gusta mucho el voleibol, y de mi padre, me ayudaron para tener habilidad para desarrollar este deporte.

Durante los ensayos del remate de chilena, en muchas ocasiones me golpeaba en la cabeza, o caía torcido, e incluso me llegué a lastimar un poco el hombro, pero todo esto me sirvió para aprender cómo lograr este remate tan difícil, pero tan llamativo y espectacular, que lo quería hacer como mío, ya que era mi remate preferido.

He tenido la oportunidad, a lo largo de mi vida, jugase donde jugase, tanto en la escuela como en los parques cercanos al colegio o a mi casa, y hasta en la misma calle, y posteriormente, ya con 11 años, ya en campos oficiales, de meter bastantes goles de estas características. Las chilenas siempre han estado conmigo.

Utilizaba mucho la imaginación, como la mayoría de los niños, y entre mis visualizaciones me observaba haciendo goles en estadios profesionales, y quería meter ese gol con el que soñaba, y deseaba que fuera en un estadio importante, con una camiseta trascendental, y el destino me dio la oportunidad de conseguir ese gol que tanto anhelaba. Metí muchos goles, pero ese del Logroñés, que un periodista mexicano lo puso en la portada del periódico: logroñés al derecho y al revés, y casualmente, la lectura al revés es señorgol, es simplemente especial. El escenario fue maravilloso y único, nada menos que el Santiago Bernabéu, y con la camiseta del mejor equipo de todos los tiempos, el Real Madrid.

Después de anotar el gol de mi vida, la celebración de los aficionados madridistas fue estremecedora, ya que después de marcar el gol se mantuvieron de pie y con los pañuelos blancos al aire, gritando “Hugo… Hugo…” , y así pasaron tres minutos. El juego ya se había reanudado y seguían coreando mi nombre y se escuchaban los gritos de “Torero… Torero…”.

Son los mejores tres minutos que he disfrutado en toda mi vida dentro de un campo de futbol. Han pasado 30 años desde entonces, y lo sigo recordando con mucho cariño, ya que ha sido el clímax futbolístico de mi carrera. Sabía que ya había conseguido el gol que estaba persiguiendo de toda la vida, sabía que había cumplido, y después de tanto tiempo me siento realizado y feliz.

CRISTIANO RONALDO Y YO

Cristiano Ronaldo anotó un gol de chilena después de estar ensayando muchas veces en el entrenamiento, y cuando me superó con 40 goles en una temporada,  cuando mi marca era de 38, nos invitaron a un programa especial. Fue en la temporada 2010-2011; el 21 de mayo del 2011, Cristiano anotó dos tantos en la goleada de 8-1 al Almería, y así llegó a 40 goles, superando mi marca de 38, lograda en 1989-1990. En esa entrevista para Real Madrid Televisión nos piropeamos mutuamente nuestros estilos. Cristiano dijo que le gustaría meter goles de chilena como yo los hacía, y yo le dije que me gustaría tener su potencia física para meter goles utilizando esa virtud.

Cristiano hizo bastantes ensayos, tanto en entrenamientos como en partidos y, finalmente, el mes de abril, que es un mes mágico, metió un gol espectacular de chilena el día 3, contra la Juventus , en Turín, y todo el estadio lo aclamó por su actuación y por ese espectacular gol de chilena.

Esa anotación repercutió en todo el mundo e hizo que se recordara el mío contra el Logroñés, y esto ayudó para ponerme en actualidad de los goles que anotaba de esas características. Felicito a Cristiano porque una vez más ha conseguido otra meta que se propuso, y espero que pueda seguir anotando muchos goles más de chilena.

EL MEJOR GOL EN LA HISTORIA DEL MUNDIAL

También en este mágico mes de abril, fue nombrado el gol de Manuel Negrete como el más bello en todas las Copas del Mundo. Esto, como mexicano, me hace sentir orgulloso de que Manolo sea reconocido y premiado con este homenaje mundial. Él y yo practicábamos en la etapa que estuvimos juntos en Pumas, porque para mí era habitual quedarme después de los entrenamientos a hacer una tal cantidad de remates con todas las partes del cuerpo, en las que no faltaban las chilenas. Hacíamos hasta competencias para ver quién metía más goles de chilena y otro tipo de remates, y toda esa constancia nos ha servido para conseguir nuestros objetivos en la vida y el deporte. Manolo también tiene otros goles iguales o mejores que el que anotó en el Mundial de 1986.

¡Que te lo digo yo!