Noche de final.

Hoy tendremos el primer round entre Tigres y Chivas. Dos equipos que buscan levantar la Copa el próximo domingo, y para eso, el partido de este día puede resultar fundamental.

Guadalajara no luce como víctima, aseguró anoche el pastor del Rebaño, Matías Almeyda. Y es que otra vez el día de medios resultó una idea excelente para gozar un poco más de esta gran final y conocer los puntos de vista previos al esperado duelo. Qué bueno que el “Tuca” se olvidó un momento de ese modo gruñón que le conocemos y que compartió un momento al lado del técnico argentino para atender a la prensa.

Es cierto, creo que Chivas no es necesariamente una víctima, porque tiene equipo para responder y hacer un buen encuentro. Pero al estar Tigres en casa, claro que se puede considerar favorito y hasta se podría llevar el título si le aplica al Rebaño el mismo primer golpe que le dio a los Xolos.

Son partidos que se deben jugar con mucha inteligencia para cometer la menor cantidad de errores posible. Es ahí donde veo que Chivas puede sacar ventaja. Si se logra un buen control del juego, si se tiene orden y concentración, se puede contrarrestar el ímpetu felino. Queda claro que ante el enorme apoyo de su gente, Tigres buscará el marco rival desde el primer minuto. Es una final y para alcanzar el título, sería un error guardarse algo.

Es tal el entusiasmo por este gran duelo, que hasta TV Azteca lo va a transmitir. Eso sí, la directiva rojiblanca dijo que para el partido de vuelta no habrá televisión abierta, lo cual no deja de ser lamentable siendo Chivas un equipo tan popular.

El día de medios permitió conocer un poco más el sentir de los jugadores y del cuerpo técnico. Pero las palabras ya quedaron de lado en estos momentos y ahora hay que hablar en la cancha. Los técnicos mostraron admiración y respeto mutuo, pero esas sonrisas nerviosas no podían ocultar el enorme deseo de ser campeones. La palabra fracaso suele aparecer también en estos instantes de ilusión. Y habrá que decirlo como es, porque no hay de otra. El que gane saltará de felicidad, y el que pierda se irá fracasado a casa.

Imposible verlo de otra manera. Si analizamos bien lo que persigue cada uno, nos damos cuenta de la necesidad que tienen de abrazar la gloria. Todo lo demás no servirá de consuelo. Se gana todo, o se pierde todo. Así de fácil.

Suerte a Óscar Macías Romo. Se han abierto oportunidades a árbitros sin amplia trayectoria. Macías Romo sabe que este chance no lo puede desaprovechar. Es uno de los diez silbantes con gafete internacional y aunque tendrá un partido difícil, es el momento de demostrar que el arbitraje cuenta con gente confiable para los partidos más importantes.

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