Con la tecnología de Google Traductor

Mira

Como director opino ESTO. Salvador Aguilera
titulo-foto

Salvador Aguilera

26, mayo 2017 - 10:00

Como director opino ESTO

DA gusto ver a dos equipos hambrientos de título, dispuestos a todo. Así se deben jugar las finales, con una entrega total hasta el último minuto.

Bien por Chivas, que hizo un partido con muchísima aplicación e inteligencia. Le complicaron el partido a los Tigres, a pesar de que los locales ejercieron cierto dominio desde el inicio del juego. Sin embargo, no siempre anota primero el que domina o el que controla las acciones.

Lo que son las cosas. El primer gol lo hizo Chivas y fue de Alan Pulido, quien no iba a contener un festejo en el “Volcán” y menos en una final. El ex tigre abrió el marcador y al mismo tiempo enfriaba la euforia en el estadio Universitario.

El 1-0 fue clave. El Rebaño sabía que era fundamental hacerle daño a los Tigres en su casa, aunque digan que una fiera herida es más peligrosa. Chivas aceptó ese desafío y le peleó al campeón en su casa, sin reserva alguna.

En toda la semana se habló de Tigres como gran favorito para esta final y tal vez eso le empezó a pesar al equipo del “Tuca”. Gignac estaba perdido, Sosa y Zelarayán no encontraban su juego ofensivo y Aquino tampoco le daba rumbo a sus ataques porque siempre se encontraba con la férrea marca rojiblanca.

Para colmo de los felinos, Rodolfo Pizarro hizo el segundo tanto del Guadalajara y entonces sí, el “Volcán” guardó silencio. Todo pintaba para una fiesta tapatía con cita final en La Minerva el próximo domingo. Nahuel Guzmán, figura en otras ocasiones, ahora aparecía como el villano de la historia con dos pésimas salidas, muy desafortunadas porque en el primer gol su despeje de puños lo rebotó en un compañero y eso lo aprovechó Pulido para el 1-0. Después, el tiro de Pulido lo rechazó justo a los pies de Pizarro, quien no desperdició el regalo para el segundo tanto visitante.

En la otra portería, Rodolfo Cota se había mostrado sólido, seguro, firme en todo momento y hasta con jerarquía de líder. La poderosa maquinaria ofensiva de Tigres no le hizo daño en poco más de 80 minutos.

Hasta que Gignac dijo: “Aquí estoy”. El francés podrá estar desaparecido en un partido, pero no se le puede dar la más mínima ventaja. Los partidos no se acaban hasta que pita el árbitro, así que sólo esperó la oportunidad de tener un balón a modo para no perdonar. Bien dijo Almeyda: “Tuvo dos y las metió”.

Así, letal.

Los delanteros deben ser oportunos y estar finos para no fallar la ocasión que se les presente, sobre todo si es una final. Y en el caso de Gignac, ya vimos que su olfato goleador es impresionante. No perdonó en la primera y definió de manera espectacular en el segundo tanto al ganarle la carrera a Cota y definir como lo que es: un crack.

Nada está decidido y nos espera una final vibrante el próximo domingo en el estadio Chivas. Los goles están garantizados para conocer al campeón del Clausura 2017.

LECTORES

CORREO: salvador@esto.com.mx

TWITTER: @AguileraESTO y en Facebook

NUESTRA PÁGINA: www.esto.com.mx