Ganarle a Rusia en su terreno tiene mérito, a pesar de que a la Selección Mexicana le guste tener inicios complicados en cada partido. Eso de remontar se está haciendo costumbre, pero Juan Carlos Osorio ya tiene al Tricolor en semifinales.

Si el empate hubiera sido meritorio, porque México tenía todo en contra y además perdía 1-0, la victoria confirma que hay un equipo comprometido, con carácter y personalidad para pensar en algo más y la final sería un gran premio para este grupo de jugadores que no se conforman con lo hecho hasta ahora.

Andrés Guardado habló incluso de ser campeones y esa mentalidad es muy buena. El grupo se sigue fortaleciendo, se ve que todos jalan para el mismo lado y con este panorama, crece el optimismo para las semifinales, ronda en la que aparecen otros favoritos de la Copa Confederaciones como Chile y Alemania.

La posibilidad de una revancha contra los chilenos está latente, sería muy interesante que sucediera para que Osorio y sus muchachos se saquen esa espinota que tienen clavada desde la Copa América Centenario. Quiero pensar que no habrá ocho cambios para el siguiente partido, que será hasta el jueves. Hay tiempo de descanso para los que jugaron ayer. Entiendo que Osorio ya generó también una competencia interna, que todos quieren jugar, aunque lamentablemente volvieron las lesiones y ahora fue Diego Reyes quien no pudo seguir en el encuentro.

Del partido hay mucho por comentar. La remontada fue lo mejor. Tras el 1-0 de los rusos hubo cierta confusión entre los mexicanos. Pero la rotación de Osorio fue en función de tener a un equipo más fresco en la cancha, el rival había dado todo contra Portugal y físicamente los nuestros se mostraron mejor en la cancha.

Con una enorme fortuna, México empató con otro gol de Néstor Araujo en la era de Juan Carlos Osorio. El mismo defensa que se había equivocado en el gol de Nueva Zelanda, ahora le anotaba a Rusia. El empate fortaleció a los mexicanos, que nunca dejaron de tener apoyo en la tribuna. El estadio no se llenó, lo que habla de la poca confianza e interés que la Selección rusa despertó entre su gente. Tampoco faltó la polémica porque de nuevo apareció el VAR. Aquí lo primero que deberíamos preguntarnos es cómo elige la FIFA árbitros tan malos. El de Gambia y el de Arabia no estuvieron a la altura de lo que es una Copa Confederaciones. Deberían preocuparse más por eso que por los gritos en la tribuna.

Y así como el VAR fue justo al quitarle a México el tercer gol por fuera de juego de Héctor Moreno, también debió expulsar al portero ruso por la patada al “Chucky” en el gol del triunfo para el Tricolor.

Finalmente, el gran favorito que es Portugal, campeón de Europa y que trae a un inspirado Cristiano Ronaldo, no tuvo problemas para golear a Nueva Zelanda. El mejor jugador del mundo en estos momentos quiere ganarlo todo.

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