La prensa es crítica en todas partes. Lo digo porque de pronto pareciera que en México, donde los éxitos futbolísticos son contados, es el único lugar donde se emplea la palabra fracaso con mucha frecuencia o se cometen las mayores injusticias porque se le pide mucho a nuestra Selección, cuando habrá quien piense que ya hizo más de lo que realmente puede.

Olvidemos México por un momento y pensemos un poco en lo que está viviendo Joachim Löw, el técnico de Alemania. La crítica para él en estos momentos debe ser muy positiva porque con un cuadro muy joven está en semifinales. Normalmente a los alemanes, lo menos que se les pide en futbol es que ganen todo, eso quiere decir que la presión y la exigencia debe ser mil veces mayores a las que tiene en estos momentos Juan Carlos Osorio, porque normalmente, México nunca es favorito para ganar algún torneo de la FIFA.

Löw está pensando en refrendar el título mundial dentro de un año y su proyecto es muy diferente en relación a lo que piensa el cuerpo técnico de la Selección Mexicana. Alemania es una potencia que justamente debe mostrar ese poderío torneo tras torneo. Y cuando llegue Rusia 2018 seguro vamos a poner a los alemanes entre los candidatos al título. México, por más que soñemos, no estará entre los principales aspirantes al título, porque nuestra meta más anhelada es el quinto partido, al que no podemos llegar desde hace rato.

Pero sería interesante preguntarnos, ¿qué dirán en Alemania si pierden el jueves contra México? Seguramente habrá críticas sobre el equipo y el propio Löw porque tomó una decisión de mucho riesgo al llegar varios jóvenes, que por más talento que posean, tienen la obligación de alcanzar esos éxitos a los que en Alemania están acostumbrados. Recuerdo algunas conferencias de Löw y las preguntas también son intensas, aunque por lo regular se muestra tranquilo al igual que sus jugadores. Después de todo es el técnico campeón del mundo y lo respetan, pero si en México se habla de fracaso, definitivamente para el rival también lo sería. Sin embargo, ninguno de los dos técnicos se está jugando la chamba.

Podríamos decir que, pese a todo, México tiene más necesidad, tal vez más hambre de llevarse el boleto a la final y eso puede favorecer al equipo de Osorio, porque deberá ser el que salga a morder, a presionar, a ir en busca de goles desde el primer minuto, sin dejar de hacer un partido inteligente en todo sentido. Hay que mejorar defensivamente porque el rival cuenta con jugadores muy talentosos y bien cotizados en el mercado europeo. Hay que decirlo tal cual, hasta con suplentes, Alemania sigue siendo favorito.

A pesar de eso, el Tricolor está ante un momento grandioso. Así como en algún momento se le llegó a ganar a selecciones como la brasileña y la argentina, llegó el momento de hacerlo frente a un grande de Europa. Enorme oportunidad la que se tiene. Y como siempre sucede, para el ganador habrá elogios y para el perdedor vendrán las críticas. Así ha sido siempre. Lo que me queda claro es que si Löw se guardó algunos jugadores es porque su proyecto principal es ganar de nuevo la Copa del Mundo, mientras que para México esa meta es demasiado alta y bastante haría con ser finalista de la Confederaciones. Queda claro que cada quien trabaja de acuerdo a sus posibilidades y entiende el tamaño de las críticas que puede recibir en caso de no entregar los resultados esperados. Como dicen por ahí, hay niveles.

LECTORES

CORREO: salvador@esto.com.mx

TWITTER: @AguileraESTO y en Facebook