Esos gestos de ayuda, de colaboración que estamos viendo son las muestras de la grandeza de país que somos. Por algo la naturaleza nos pone pruebas tan difíciles, porque sabe que los mexicanos somos capaces de levantarnos, de unirnos y luchar por una misma causa.

La recuperación será tardada, lenta. Incluso los rescates todavía no terminan, porque la magnitud del desastre es muy grande. Crece el número de muertos como también aumenta el deseo de ayudar y levantar a México tras la tremenda sacudida.

El futbol y el deporte en general no se han cruzado de brazos, al contrario, han generado un enorme sentimiento de ayuda, apoyo en todo sentido. Si hablamos del ámbito deportivo, también tendríamos que hablar de rivalidades, pero eso ahora no existe. Chivas y Atlas nos pusieron un gran ejemplo. Jugadores de ambos equipos se unieron para conformar un gran centro de acopio y la respuesta fue increíble. Gestos así se agradecen, porque el deporte se une, los colores y las confrontaciones no existen, la intención es otra porque el deporte también es hermandad.

Lo de Chuy Corona se aplaude. Su voluntad de colaboración, de ir a las zonas de desastre y sumarse a la ayuda como también lo hicieron otros compañeros suyos, la verdad es que alienta en estos momentos de tanta incertidumbre, de miedo, sobre todo con las personas que resultaron más afectadas y que esperan esa mano que no los haga sentirse solos.

Y no sólo fue el Cruz Azul, porque hemos visto que todos los clubes de la Liga MX y del Ascenso MX se han apuntado a la recolección de todos esos productos que hoy hacen falta: Agua, comida, medicinas, etc.

El problema en la Ciudad de México es grande, pero en Puebla y Morelos también hay grandes afectaciones, como sucedió en Chiapas y Oaxaca en el primer sismo fuerte que tuvimos este mes. Después vino el del 19 de septiembre, que no olvidaremos jamás, al igual que el de hace 32 años, para quienes tuvimos esa amarga experiencia.

Lo que ocurrió en cuestión de segundos, podría tardar años en recuperarse. Así es la fuerza o la furia de la naturaleza. Ante ese poderío, sólo queda entender que debemos estar preparados porque son fenómenos que suelen presentarse y más cuando nuestro país se encuentra en una zona sísmica. Sin embargo, ante los 7.1 grados, hay 7.1 millones de razones para no rendirnos.

Ya habrá tiempo para disfrutar de los deportes que tanto nos gustan, de reunir a la familia, a los amigos para disfrutar de un buen partido. Por ahora, la prioridad es otra: MÉXICO.

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