El Apertura 2017 no ha sido un gran torneo. Fueron más las decepciones que las satisfacciones. Sin embargo, dos equipos se la tomaron muy en serio y hay que aplaudirles en todo sentido. Primero porque han trabajado sobre proyectos exitosos. Sus entrenadores han venido realizando una labor importante, mientras que sus directivas respaldaron la idea de invertir en futbolistas de calidad, lo cual no es nada sencillo.

Esta noche, habrá nuevo campeón del futbol mexicano. Monterrey y Tigres van en busca no sólo de un título, sino también de grandeza porque no basta con tener todo el apoyo de sus aficionados. Para que un equipo también sea grande debe sumar títulos y estar entre los más ganadores de la historia.

Los protagonistas de la gran final están al borde de la gloria o el fracaso. Perder está prohibido. Monterrey ya sabe lo que duele dejar un título en casa y evitará, a como dé lugar, que sus aficionados vuelvan a vivir ese trago tan amargo como sucedió contra el Pachuca. La posibilidad existe porque enfrente hay un gran rival.

El orgullo también está en juego. Tigres está consciente de esta situación y más cuando perdió la final del torneo pasado. Dejar ir otro título, vaya que le dolerá al “Tuca”, a los jugadores y a todos sus seguidores. Ante este escenario, si Rayados saldrá a morirse en la cancha, estoy seguro que los felinos también. Eso quiere decir que la emoción está garantizada.

Nadie quiere perder esta final por lo ya mencionado: el orgullo. La rivalidad es grande por tratarse de un Clásico regional, pero al ser la primera final entre Rayados y Tigres, debemos esperar un duelo muy intenso, de principio a fin.

Hay juegos que sirven para alimentar la rivalidad de un Clásico y el duelo de hoy debe fortalecer este pique que hemos visto durante mucho tiempo en el Clásico del Norte. Si algo hay que reconocerle a los finalistas del Apertura 2017 es que han fortalecido la Liga MX al armar equipos poderosos y eso obliga a otros clubes, sobre todo a los llamados grandes, a buscar nuevos proyectos e inversiones porque ya se dieron cuenta que con lo que tienen actualmente no les alcanzará para competir con los actuales finalistas del futbol mexicano. Suerte a los dos y que gane el mejor.

MUNDIAL DE CLUBES

De panzazo, pero la verdad es que el Pachuca tenía que ganar a como diera lugar. Los Tuzos hicieron un mal partido y está difícil alcanzar la final. El Mundial de Clubes ha sido una pesadilla para los clubes mexicanos y la decepción está garantizada. Ojalá los hidalguenses nos sorprendan en su siguiente partido, el próximo martes.

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