El futbol mexicano siempre es muy criticado, pero ni aun en la gran final podemos hablar de un claro favorito al título. Si bien el Toluca, por su condición de superlíder a lo largo de la competencia, se colgó esa etiqueta, hoy está abajo en el marcador y necesita remontar un 2-1 adverso en el juego de vuelta.

La Liga MX no es de dos o tres equipos; son varios los clubes que pueden ser candidatos al título, y eso habla de una competencia muy cerrada. Por eso, soy de los que piensan que el futbol mexicano sí ha crecido y aunque necesita mejorar en varios aspectos, tampoco se puede caer en esos dramatismos absurdos de creer que todo está mal y que tampoco tiene rumbo. Su campeonato es competitivo, los equipos hacen un gran esfuerzo económico y creo que la final terminará respondiendo a las expectativas.

Santos y Toluca han hecho un gran trabajo hasta ahora y cualquiera puede ser un digno campeón. Sin embargo, a falta de 90 minutos, todavía puede pasar cualquier cosa y seguramente el Diablo se fortalecerá en casa. Total, con el 1-0 empata el global y como ya no cuenta el gol de visitante ni la posición en la tabla, obligaría a los tiempos extras y hasta los penaltis de ser necesario. Pero creo que los choriceros tienen un poder ofensivo importante, al igual que el Santos, como para pensar en una final de varios goles.

Brian Lozano sigue inspirado. El uruguayo no se adaptó en el América, porque con el Santos es titular indiscutible. Es la pieza perfecta porque tiene sacrificio, anda por toda la cancha y también se da tiempo de proyectar ofensivamente a los laguneros. Qué pase le puso a Djaniny Tavares para el gol del empate.

Los que anduvieron mal fueron los porteros. Los dos fallaron. Tanto Jonathan Orozco como Alfredo Talavera, algo más pudieron hacer en los goles de Quiñones y Tavares. La falla del portero toluqueño fue grave. Una salida desesperada en la que no pudo cortar la jugada y terminó viéndose muy mal. Djaniny hizo todo muy bien para el 1-1 que fortaleció al Santos y después vino la espectacular remontada.

Los Guerreros se vieron bien, irán fortalecidos al infierno rojo, en donde los Diablos van a pesar mucho, pero también son vulnerables. “No creo en la suerte, sólo en el trabajo”, dijo al final el técnico Robert Dante Siboldi, quien nunca había estado tan cerca de un título como entrenador. ¿Se le aparecerá el Diablo en el camino?

Buen arbitraje de Fernando Guerrero. Cierto, hubo un par de acciones polémicas y, como siempre, las opiniones fueron muy divididas, pero cuando hay que ver varias veces una jugada para determinar si hubo falta o no, le doy la razón al silbante, porque tuvo que decidir en cuestión de segundos.

Esta final está calientita.

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