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Como director opino ESTO. Salvador Aguilera
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Salvador Aguilera

8, diciembre 2016 - 9:19

Como director opino ESTO

EL regreso del “Gullit” Peña al León, por su bajo rendimiento en Chivas, es un caso que se presta seriamente para el análisis, porque me parece que volvemos a ver a un mexicano que desprecia y desperdicia grandes oportunidades.

Parece fácil echarle la culpa desde ahora a la regla 10/8, cuando recién se activó, y pensamos que puede hacerle un gran daño al futbol mexicano, y es cierto, a futuro puede cerrarle muchas puertas al joven futbolista de nuestro país, pero me parece que no hay mayor daño que el desinterés que muestran nuestros futbolistas ante las grandes oportunidades que se presentan.

Ya ni hablar de lo que Chivas invirtió. Fue dinero tirado a la basura, por un jugador que no supo demostrar en la cancha lo que se pagó por él. Si el Guadalajara tuviera la posibilidad de contratar extranjeros, seguro se hubiera ido por un argentino o un brasileño, antes de pensar en Peña, que pasa a engrosar la lista de esos jugadores mexicanos que sólo dan chispazos y que de un éxito quieren vivir 20 años.

Hay que decir las cosas como son y Carlos Peña, simple y sencillamente, fracasó en el Guadalajara. Estamos hablando de un jugador que llegó a la Selección, que sonó incluso para emigrar a Europa y su carrera, de pronto, se desplomó. Cuántas veces no hemos visto jugadores que son para equipos chicos y al menos el “Gullit” ya demostró que en un club grande no puede y en la Selección, tampoco.

Si el jugador mexicano empezara por un autoanálisis, se daría cuenta de todo lo que se está perdiendo y que sus problemas pasan más por su mentalidad que por su calidad futbolística. Peña tiene condiciones para jugar en Europa, pero no va porque no quiere, porque no se atreve a más y ese mal afectó a varios futbolistas mexicanos, que difícilmente se pueden desprender de sus miedos, de sus fantasmas, que les impiden llegar más lejos.

No discuto que Peña gane bastante, seguro que en Chivas fue de los mexicanos mejor pagados y eso no deja de ser un éxito personal, pero los aficionados rojiblancos que se entusiasmaron con su llegada, hoy deben sentirse defraudados. El futbolista, muchas veces, no se da cuenta que cobra bien porque carga con las ilusiones de cientos, miles o hasta millones de seguidores. Las expectativas que se generaron entorno a este “refuerzo” para el Rebaño se vinieron abajo porque no fue capaz de aprovechar esta gran oportunidad, que otros hubieran querido tener y más en un club como el Guadalajara.

Y como el “Gullit” hemos tenido cualquier cantidad de casos, pero nos parece fácil echarle la culpa a la regla 10/8, cuando la mediocridad del futbolista mexicano también es un problema muy grave. Si se reduce la cantidad de extranjeros, si nuestros jugadores no dejan de tener mayor presión y competencia, sólo se estará fomentando esta mediocridad.

Lo acaba de advertir el presidente de la Liga MX, al quedar fuera de la Copa Libertadores. Para que el nivel de nuestra Liga no decaiga, habrá que traer mejores jugadores, pero si los mexicanos con grandes cualidades, tampoco ponen de su parte, después que no se quejen porque los extranjeros ya les comieron el mandado. El deporte es competencia y el éxito es para los mejores.

 

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