Ironías del futbol

Argentina tiene un equipazo y no funciona, México no tiene a varias de sus vacas sagradas y creo que puede funcionar muy bien. Todo pasa más por la dirección técnica y la actitud de los jugadores.

Después de muchos torneos, sobre todo mundiales, nos ha quedado claro que Argentina puede contar con Messi y no por eso tiene garantizado el éxito. El “Tata” Martino lo dirigió y sabe muy bien de qué se trata este asunto. No basta con tener un jugador estrella como Messi, si el resto del equipo no está conectado en el mismo canal.

La conexión en el campo no existe entre Messi y el resto de la albiceleste; hay un cortocircuito que nadie ha podido remediar y pareciera que el fracaso está garantizado para esta cotizada selección en la Copa América. En cambio, México empieza a encontrar jugadores como Uriel Antuna que están dispuestos al sacrificio y a trabajar en conexión con el resto del equipo. Ese tipo de jugadores son los que más desea un entrenador, a pesar de poder elegir a los mejores futbolistas para una Selección.

Sin la ambición del futbolista, es muy complicado alcanzar los objetivos. El propio técnico se puede dar cuenta de eso y al final tendría que jugársela con los que realmente pueden y quieren. Desde luego que Messi quiere brillar con su equipo, por eso sigue vistiendo la playera 10 de su país. Para él, que lo ha ganado todo en el Barcelona, podría ser muy fácil desertar de su equipo nacional, total, lo han hecho otros que ya creen haber cumplido un ciclo. Pero no, Messi insiste en darle alegrías a su país, aunque falle en el intento.

Ojalá que en México se aprenda algo de todo esto; si a la Copa Oro no llegaron jugadores importantes, eso no significa que el objetivo no se pueda alcanzar porque al final el trabajo en equipo es lo que va a cambiar las cosas. Si todo el grupo está comprometido, pese a las ausencias, los resultados van a llegar.

Lío podrá ser el mejor jugador del mundo, pero sólo en el Barcelona entienden la forma de jugar para que explote sus condiciones; en cambio, los demás equipos que no tienen un “Messi” deben apostarle todo al compromiso y voluntad de los once que pisen la cancha de juego.

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