¡Tan bien que iban!

No tratemos de justificar lo injustificable. Si el duelo de anoche no es el peor que hemos visto en la era del “Tata”, que me digan entonces cuándo habíamos visto tan enojado al argentino.

Fue más que evidente. La Selección quiso cuidarse de las lesiones, tomaron el partido con toda la calma del mundo, cuando no se trataba de eso. El partido lo iban a ganar a pesar de tener un mal desempeño, pero creo que se olvidaron de algo: el público merece un respeto, paga un boleto por ver un espectáculo y no lo vimos.

Un partido para el olvido, malísimo y aburrido, de muy baja calidad futbolística, tan terrible en ese aspecto, que la dosis de calidad la puso el modesto equipo de Martinica al marcar dos goles, en dos llegadas. Y una de las anotaciones fue gracias a un soberbio tiro libre.

Mientras tanto, México fallaba y fallaba. Entiendo que Martino quiera respetar una forma de juego y también un esquema táctico que viene manejando, pero el juego se prestaba hasta para meter otro delantero desde el inicio y al menos ganar 5-2 o 6-3 y darle un poco más de espectáculo a la gente. ¡Hasta Canadá goleó!

Lo bueno es que a Carolina del Norte no regresarán en un buen rato, pero al final, lo peor de todo, es que México decepciona en este torneo al tener una actuación tan pobre y aunque está clasificado a la siguiente ronda, las dudas empiezan a surgir entorno al futuro de la Selección en la Copa Oro. Seguramente los dirigidos por el “Tata” siguen siendo los grandes favoritos, pero ya serán más los que empiecen a dudar al respecto.

Hasta me decepcionó Raúl Jiménez, al que me gustaría ver en un futuro como el máximo goleador histórico de la Selección por encima del “Chicharito”, quien ahora estará muy ocupado cuidando a su bebé. Y además Martino se pondrá estricto en este sentido y seguramente “castigará” un rato a los que no vinieron esta vez.

Después en la conferencia, Martino quiso maquillar su enojo con una serie de argumentos que no convencieron. Nadie puede decirse contento por lo que ofreció México en la cancha. Vendrán los partidos a matar o morir y los rivales ya se dieron cuenta que el Tricolor tiene varios puntos muy vulnerables y que si Martinica lo hizo ver mal, un rival con más idea puede echar a México de la Copa Oro.

No quiero decir que ya se hayan encendido los focos rojos, pero aguas, un jalón de orejas ahora puede ser muy oportuno.