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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

16, abril 2021 - 8:00

Las reglas y los reglazos

Hablemos del árbitro 

Desde mi punto de vista, fue una jornada negra para el balompié mexicano en la historia de sus participaciones en Concacaf. Siempre miramos para abajo a los equipos centroamericanos y peor a los del caribe, menospreciamos los partidos y minimizamos los triunfos. 

¿Sí, Chucha?, pues el miércoles pasado “nos salió la criada respondona” y el actual campeón de la Liga Mx fue ignominiosamente eliminado por el Toronto en la Concachampions. Primeramente, habían empatado a un gol allá en “donde la vida no vale nada” (León, Guanajuato), para en Canadá caer al son de dos goles por uno y despedirse así de la competencia. 

El América, “Tampoco cantó mal las rancheras” en un encuentro muy accidentado, fue derrotado por el Olimpia de Honduras por la mínima diferencia, para que el marcador global quedara empatado a dos tantos, lo que le otorgó, de “panzazo”, el pase a los de Coapa, por el criterio de haber marcado más goles como visitante. 

No me parce un asunto menor, miren que perder contando con el jugador más rentable que ha tenido el futbol mexicano, el verdadero jugador número 12: “El Coloso de Santa Úrsula”, a 2200 metros sobre el nivel del mar y jugando con los titulares ¡De pena ajena! 

Esto toma matices dramáticos cuando reflexionamos que con el sueldo que se le paga a Paco Memo Ochoa, por ejemplo, se cubriría fácilmente, completa, la nómina de sus rivales. Todo esto, sin hablar del paupérrimo desempeño técnico táctico que mostraron los dirigidos por el “Indiecito” Solari. 

Pero, lo que más me llama la atención es el hecho de que todos, absolutamente todos, se dediquen a hablar del arbitraje y pasen por alto el análisis balompédico. 

Es muy cierto que el trabajo del colegiado tico Henry Bejarano dejó mucho que desear, que permitió el juego brusco y no cumplió con la principal misión que tiene encomendada un nazareno, que es proteger la integridad física de los futbolistas. 

Sin embargo, una cosa no exime a la otra. Por supuesto que repruebo y critico el arbitraje realizado; pero, escapa a mi entendimiento que todo el mundo hable del silbante y prácticamente nadie se alarme de lo que ocurrió. 

Los “cementeros”, aunque golearon en el partido de vuelta, fueron a hacer el ridículo ante un equipo haitiano al empatar en la ida. Los “panzas verdes” mordiendo el polvo ante una escuadra canadiense y las “águilas”, avanzando de milagro, con la frente marchita. Pero eso no importa, mucho menos preocupa … hablemos del árbitro.