Con la tecnología de Google Traductor

Mira

El Pollo de Tlalpán. Daniel Reyes
titulo-foto

El Pollo de Tlalpan

20, enero 2017 - 14:53

El Pollo de Tlalpan

Desgraciadamente está muy de onda en el mundanal mundo, hacerse güero, wey, menso o pato; en otras palabras: simular.

Y es casi en la actualidad una condición humana moverse hacia dónde va la corriente, caminado por la vidorria como si la virgen nos hablara y hablando por hablar ignorando a los demás, pensando que ellos creen que no nos conocen, que acabamos de llegar y que no pasa nada.

Tal es el caso del “che charro”; el querido Martín (Matías) Almeyda, que hoy se ha vuelto más mexicano que el mole, nopal o pulque y se envuelve en la bandera nacional, amenazando arrojarse al vacío para defenderla; al tiempo que señala con el índice de fuego a sus colegas de la liga, acusándoles de ser los causantes de la extranjerización del país de la patada; bien lo puntualizó ayer Chava Aguilera, que cuando el che charro dirija a otro conjunto se va a atiborrar de jugadores foráneos. (Lo que sigue no lo dijo Chava, pero va a pasar) y a la hora que a Matías le echen sus palabras en cara, se va a hacer como el tío lolo, seguramente recurriendo a la gustadísima y gastadísima frase: “Son otras circunstancias, che”; por eso es que tal vez mi querido Miguel Ernesto Herrera Aguirre, mejor conocido por el universo como “El Piojo”, se prendió de la lámpara y muy entre líneas y luego de un certero cebollazo, dejó entender que el melenudo DT chiva es un hipócrita, eso yo entendí que quede claro.

Por ese mismo tenor anda el poco Cortés, Javier Cortés, el morocho puma. Resulta que el chavo se desgarró las vestimentas en pro del llamado “Juego Limpio” (por cierto si alguien, lo ha visto alguna vez al tal fair play, de aviso a las autoridades o cuénteselo a quien más confianza le tenga) luego de las polémicas de las primeras jornadas; y pidió encarecidamente ser buenos en la cancha, ser leales y conducirse de forma moral. Ese que solicita, es el mismo que hace algunas temporadas le rompió la patita en media cancha a un colega de profesión (Omar Mares) y jamás tuvo la delicadeza de disculparse (si lo hizo fue en el baño de su casa, porque nadie se enteró)

Resulta muy extraño que ahora se disfrace de dama de la caridad y se sorprenda de los acontecimientos.

Aunque en ese mercado de los disimulos, el que se llevó la nota fue don Quique Bonilla, mero mero papas fritas de la liga; quien ahora si se puso bien enérgico y urgió a Carlos Hugo López Chargoy a vender al equipo de la selva, no vaya a ser que por algún motivo les deje de pagar, eso sería inadmisible, e intolerable… ¿Qué? ¿Cómo? ¿Ya sucedió? Perdón me acaban de informar que, eso ya aconteció. Tal vez y solo tal vez, por eso Bonilla tiró una bomba de humo al insultar al futbol amateur (al que el pueblo lo conoce como “llanero”) para que los reflectores se fueran a otro lado; y es que después de las asquerosas acciones de Diego Novaretti y Gabriel Peñalba, don Enrique denostó al balompié del llano dando a entender que ahí se pueden suceder toda clase de bajezas, empezando por los escupitajos al rival.

No es cierto que eso pase en los llanos de la ilusión; pero concediéndole el beneficio del salivazo; yo creo que el señor presidente de la Liga MX, se resbaló, porque más bajo es tener el draft, la regla 10/8 y el pacto de caballeros.

 

Cierro con una obra titulada “somos buenos”

En un mundo de apariencia,

Donde el timo viste de traje,

Poseemos la excelencia,

En cuestiones de arbitraje.

Y si no, quéjense a la FIFA.

 

Twitter: @pollodetlalpan