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El Pollo de Tlalpán. Daniel Reyes
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El Pollo de Tlalpan

24, febrero 2017 - 11:31

El Pollo de Tlalpan

Lo más bonito es perdonar

SEGÚN he podido averiguar, con algunos contactos de ultramar, que me hicieron llegar cualquier cantidad de información; Paco Jémez, es un buen tipo, honesto y chambeador.

Pero (aquí hace su aparición el mendigo “pero”) el miércoles pasado, a tan solo unos días que tenga verificativo el “clásico joven” el popular “cantaor”, se dio cuenta que había llegado a una tierra inhóspita dónde sin piedad se reparte candela a para todos lados.

El lugar también conocido como “El país de la patada” es espinoso en muchos aspectos, y para su recontra mala suerte Jémez cayó en uno de los grandes mitos de éste sitio: “la Cruz Azul”.

Paco no ha comprendido (o parece que no) que “la Cruz Azul” es una enorme entidad que necesita con urgencia un gran logro, por cierto, desde antier.

Tal vez y sólo tal vez (me voy a arriesgar a surcar el inconsciente del hijo de “Lucas de Écija”) luego de batallar en el futbol de la madre patria intentó darse un respiro en un balompié menor.

Desgraciadamente se ha dado cuenta por las malas, que estar aquí es padecer y que puede ser un futbol menos caro que el español, pero es muchísimo más complicado y jijo trabajar en él.

Una tarde de no hace mucho vi a Paco caminado en un centro comercial, en el sur de la capirucha, vestido casualmente y con una gorra en la cabeza, complació a un joven cementero que lo descubrió y le pidió una foto, incluso le dijo al chavo que iba al cine; su tranquilidad de ese momento contrasta con el nerviosismo que ha experimentado en los últimos días, previos al Clásico Capitalino.  A media semana, después del juego contra los Gallos, defendió de forma vehemente a Rosario Cota; Chayo es un juvenil azul, que hace unos días se trepó a un ladrillo y se mareó; en el juego contra Querétaro los aficionados Celestes le reprocharon su tonto proceder y se dieron a la tarea de  recordarle a su jefecita santa cada que tocaba el balón; la presión le cobró factura y en una acción intrascendente le atizó un patín a un rival y el árbitro justamente lo mandó a Chihuahua a un baile; Paco en la conferencia lo respaldó como se respalda a un atarantado; en esa exposición que hacía el DT, soltó una frase que habla muy bien de él: “Lo más bonito en la vida es perdonar.

¿Quién, no ha sentido alguna vez, deseos irrefrenables de romperle la mami a un semejante? ¡Todos! No se hagan por favor. Sin embargo esas palabras dignas de un santo, se vuelven en su contra, porque minutos antes Paco había invitado a Ricky La Volpe a dirimir sus diferencias como los machos, de a solín y en lo oscurito.

Ricardo es un señor mayor que tiene un colmillo largo, tan largo que raya el adoquín, y mueve con él los reflectores hacia donde le da la gana.

Queda claro que Paco Jémez no la está pasando tan chido Acámbaro de las pitayas, ha discutido con periodistas, le han cargado la pila, su máquina no carbura, tiene sobre de él una presión injusta para un ser humano, y para acabarla de torcer, le exigen el título un día sí y otro tambor.

Diría mi abuelito, que es un sabio: “es de noche, hace frío y yo sin suéter”

 

Cierro con una obra titulada “mamá soy paquito”

Paco no se siente en casa,

Tanto cómo se supone,

Porque cada día que pasa,

Más difícil se le pone.

Y si no, quéjense a la FIFA.

Twitter: @pollodetlalpan