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El Pollo de Tlalpán. Daniel Reyes
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El Pollo de Tlalpan

19, enero 2018 - 12:42

El Pollo de Tlalpan

Estaba tratando de hacer la mosca chillar, ese antiguo arte similar a peinar la tortuga, filosofar sobre la inmortalidad del cangrejo y hacerla de jamón, cuando de repente y sin un sólido motivo me acordé de mi conocido Rafa Belmonte quien por mal nombre lleva “el two faces” (traducción simultánea para todos aquellos que ven las películas en inglés con subtítulos: “dos caras”)

Se ganó ese poco honroso título por sus contradictorios dichos y hechos, Rafa es capaz de saludarte con una sonrisa “solidaria” de oreja a oreja y en cuanto le das la espalda te puede meter una puñalada de esas dignas de un corrido, vamos de las que no se salva ni siquiera quien no tiene corazón.

No creo que juegue el papel de dos carátulas por deporte, porque de ser así ya me hubiera enterado que es campeón del mundo en “jijo de la jijurria”; y hasta dónde sé no hay ningún trofeo en su vitrina; deduzco entonces, que ya nació así, que lo hace porque algún cablecito en su chirimoya tiene un falso.

Luego de ese recuerdo, llegó a mi atribulada mente una odiosa comparación; sí, el fut de Acámbaro de las pitayas es como el condenándote de Rafa; dos caras.

Un día te puedes encontrar con un juego parecido al que practican los ángeles en el cielo y otro, te topas con algo que es un bodrio que hace llorar sangre y renegar de la existencia, así de voluble.

En esa comprobación de la hipótesis levantaron la mano los queridos Pumas del Pedregal, los mismos felinos que terminaron en último lugar de la tabla el torneo pasado y que hoy son los súper líderes (chale); los universitarios comenzaron su participación en el clausura atendiéndoles su asunto a domicilio a los Tuzos de la Bella Airosa; después en su cantón abusaron de los rojinegros del Atlas (hasta hicieron que le dieran chicharrón al “Profe” Cruz) y les clavaron un cuarto de docena en su cantera, viéndose poderosos y hasta sobrados, sin embargo a la hora que comparecieron en la copiosa se enfrentaron con los Lobos de la angelópolis, hambrientos de sangre y los del Pedregal no fueron ni una pálida sombra de su versión liguera.

En el mismo tenor, aunque con diferente melodía, La Máquina celeste de la Cruz Azul hizo lo propio en el certamen de media semana; pues mientras que el sabadaba por la noche fueron a la Perla de Occidente a maltratar al Rebaño celestial remontándoles el marcador y haciéndoles sentir el peso de la ignominia en su propia casa, el martes La Franja les hizo sentir lo que las rayadas vivieron de la misma talla, del mismo color y tambor a domicilio.

Esos son solamente dos ejemplo de equipos que se muestran brillantes como el sol y hacen ilusionar a sus huestes y horas más tarde su transforman en entes mezquinos capaces de desilusionar a la propia ilusión.

En este preciso momento cabe una sabia frase de mi sabio abuelo: “Lo único constante en ese fut, es precisamente su inconstancia”.

 

Cierro con una obra titulada “Lotería”

Nadie nos puede decir,

Cómo quedará el jueguito,

Es más fácil predecir,

Dónde caerá un meteorito.

Y si no, quéjense a la FIFA.

Twitter: @pollodetlalpan