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Gachupineando. Carlos Ruíz Villasuso
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Carlos Ruiz Villasuso

10, diciembre 2019 - 2:11

Gachupineando

Los enanos y Cantinflas

Una de las imágenes más dignas y frescas sobre el toreo que recuerdo llevan eso, lo de Mario Moreno Cantinflas. Un artista inigualable que provocó millones de risas y sonrisas en todo el mundo. Aficionado practico a esto de los toros, que llevo a la gran pantalla el humor dentro del toreo. El toreo para todos. El toreo dicho y hecho para niños. Una cuestión que se practicó por toda España y las Américas con los espectáculos de los enanos toreros, con el bombero torero, con espectáculos de risa que tanta felicidad llevo a tantos lugares donde el día a día era una lagrima.

Uso la palabra enano, Enano torero, con el mismo afecto que usaría la palabra alto y bajo, pequeño o grande, gordo o flaco. Todas tienen el poder de fijar una imagen calificadora, no de agraviar ni de insultar. Y hablo de los enanos o pequeños o lo que sea menester decir, toreros. Ese espectáculo de seres humanos felices por lo que hacen, felices de hacer reír a los niños, felices de llevar a cabo su pasión, su querencia, su profesión, su arte por las plazas de toros. Los cómicos.

¿Existe un solo precedente de alguien de menor tamaño que haya acusado a alguien de maltrato, de vejación, de indignidad? No existe porque son profesiones vocacionales. La vocación realizada es el principio de felicidad del ser humano. ¿Porque prohíbelos entonces? Pero, sobre todo, peor que prohibirlos en contra de su propia voluntad. Pero ¿quién coño tiene el poder, el deber, la autoridad moral o legal de decirle a alguien que su felicidad es indigna? Esta aberración social de la nueva censura anti humanista dice que la felicidad de los pequeños artistas en el ruedo, es indigna. Que no tienen derecho a elegir la forma ni la fórmula de su felicidad. A mí eso me suena a cosas de nazis, de absolutos, de estalinismos trasnochados. Cuidado con quien decide que es la dignidad para cada cual, porque ese alguien que lo decide es un totalitario. Metidos en esta sociedad donde la palabra “progresista” se escribe a lomos del verbo prohibir, hoy El Progreso prohibiría a Cantinflas. A él y a tantos otros que eran felices repartiendo felicidad con su arte. Me cuentan que este espectáculo va rebelarse, y que pretende regresar de la mano de esos enanos geniales y valientes y toreros, mexicanos, españoles, colombianos. Para ellos dedico esta expresión española : ole sus “güevos”