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23, febrero 2018 - 13:52

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Brizio

Por: Eduardo Brizio

No vaya a ser la de malas

Se han percatado, estimados lectores del Diario de los Deportistas, que en nuestro país nos da por copiar lo que ocurre en otras latitudes; para acabarla de amolar, lejos de imitar lo bueno, con inusitada frecuencia adoptamos las peores prácticas, que en nada nos benefician y tampoco favorecen al engrandecimiento de México.

Todo lo malo que ocurre en el balompié, sirve de ejemplo para imitarlo. Se dice que en nuestro querido deporte eso del “amor a la camiseta” es una cosa romántica que pertenece al pasado, lo de hoy, al grito de poderoso caballero es don dinero, los futbolistas pueden cambiar de equipo como de calzones y con la mano en la cintura abandonan a la institución que los formó, para irse a defender los colores del mejor postor.

Por eso, no me extraña lo que estamos viviendo en otros ámbitos muy ajenos a lo deportivo, en donde los intereses por “agarrar un lugar en el arrancadero” no conocen de lealtades ni de convicciones ¿de valores?… ya ni hablamos.

¿Se acuerdan del escandalazo que surgió en el seno del máximo organismo que rige al futbol en todo el orbe, hace aproximadamente tres años, conocido como el FIFA gate? Varios dirigentes del “cartel de pantalón largo” fueron investigados por fraude, lavado de dinero y asociación delictuosa con el crimen organizado.

Muchos de los involucrados se encuentran en espera para ser extraditados a los Estados Unidos y responder así por los cargos que se les imputan. Algunos otros, andan fugitivos, a salto de mata, huyendo de la justicia. Por supuesto que están aquellos que gozan de libertad condicional, sin faltar los que salieron bajo fianza y los que gozan de una orden de captura internacional.

Hay algunos que han sido declarados culpables; pero al parecer con el hecho de regresar lo que no les pertenecía, libraron la cárcel; sin embargo, la impunidad ha sido el gran protagonista del caso.

De los soplones que soltaron la sopa para salvar su pellejo… luego hablamos.

A los peces gordos, como al tío Jospeh Blatter, se le suspendió por ocho años de sus actividades balompédicas; pero nadie tomó medidas contra él por haber salido como el jibarito “loco de contento con su cargamento para la ciudad”.

Del mismo modo, se ha podido comprobar que las elecciones para otorgar las sedes de las copas del mundo Rusia 2018 y Qatar 2022, estuvieron más contaminadas que un miércoles en donde se aplica el doble no circula por contingencia ambiental en la ciudad de los palacios. Que la compra de votos fue generosa y que hubo mano negra. Lo más triste de todo esto es que ante la abrumadora evidencia de estos vergonzosos hechos, hayan ocurrido tres cosas: nada, nada y nada.

En esta ocasión me tomé el atrevimiento de recordar estos lamentables acontecimientos para advertirles de los riesgos. Aunque no creo que en México nos dé por imitarlos… no vaya a ser la de malas.

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