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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

20, agosto 2019 - 1:13

Las reglas y los reglazos

Ninguna les embona

Resulta que el vídeo arbitraje fue utilizado en trece ocasiones por los silbantes durante la jornada cinco del Torneo de Apertura 2019 en el balompié mexicano. Ante esto, los eternos sembradores de veneno pusieron el grito en el cielo.

Por principio de cuentas debemos mencionar que el VAR no es un ente aparte y que forma parte integral del cuerpo arbitral, por lo que está a disposición del colegiado central en todo momento.

Que el VAR fue diseñado para poder corregir los errores en los que pudiera incurrir el nazareno y de esta manera ayudar a la credibilidad de nuestro querido deporte impartiendo justicia, evitando que el tramposo se salga con la suya.

Que la regla de juego no limita el número de consultas que se pueden realizar durante un partido y tampoco restringe el tiempo que debe emplear el silbante para emitir un juicio definitivo, aunque lo deseable sería que hubiera el mínimo de revisiones y se optimizara el lapso de éstas.

Que hubo un antes y hay un después, que nunca volverá a ser lo mismo, porque el uso de la tecnología ha venido a cambiar radicalmente la manera en que se arbitra; de modo que habrá goles que se festejan en vano, anotaciones que parecían invalidadas y tardíamente serán otorgadas, expulsiones perdonadas y tarjetas rojas extemporáneas. También podrá ocurrir una indeseada lesión al disputar un balón en un fuera de juego que se dejó sin señalar, con la finalidad de no cortar el avance, para su posterior revisión.

Que el uso de la repetición no terminará con la polémica, que seguirán existiendo jugadas dudosas e inconformidades por parte de los afectados.

Que el VAR no acabará con el triste fenómeno de que los hombres de negro se hayan convertido en las verdaderas estrellas del balompié; antes, al contrario: narradores, comentaristas, analistas, directores técnicos, directivos y en algunas ocasiones hasta jugadores, hablarán más del trabajo arbitral que de futbol.

Que los aficionados seguirán culpando del infortunio que acompaña a sus colores, escudándose en las decisiones de los encargados de aplicar la regla.

Que, como “la cosecha de mujeres”, las quejas nunca se acabarán: que ¿Por qué no se consultó con el VAR?, que ¿Por qué se consultó tantas veces?, que ¿Por qué se tardaron tanto en emitir un veredicto?, que ¿Por qué ésta sí y la otra no?, que “el VAR beneficia a determinados equipos”, que “en Europa”, que “en la NFL”, que “ni los expertos arbitrales se ponen de acuerdo”, que” no sirve para nada”, que “estábamos mejor sin VAR”, que… ¡Ninguna les embona!