Minimizar los errores

Una de las experiencias más enriquecedoras que nos dejó la Copa del Mundo Rusia 2018, fue que, por fin, la tecnología ha sido incorporada a nuestro querido deporte, logrando un significativo avance al ganar en credibilidad e impartición de justicia. Los que no están conformes, es porque no le han entendido al VAR.

Por principio de cuentas nos debemos de cambiar el “chip” y dejar a un lado la idea de que el video arbitraje se va a aplicar igual que en el futbol americano; toda vez que, se trata de otra disciplina y las reglas que lo rigen son muy diferentes.

En el americano no se “desafían” los castigos y las decisiones que se revisan son a petición de parte de los entrenadores.

En el futbol soccer son solamente cuatro las situaciones en que se le permite al árbitro checar la repetición y curiosamente coinciden con las siglas de la famosísima “pájara Pegi”: 1) Penales 2) Expulsiones 3) Goles e 4) Identidad o confusión en la identidad de jugadores.

Del mismo modo, el VAR no es un “buscador de faltas”; sino, una herramienta que, en esas cuatro situaciones, puede ayudar a revertir la decisión original del juez, siempre y cuando se trate de: 1) Una decisión manifiestamente errónea por parte del árbitro o 2) Que haya ocurrido un incidente grave inadvertido.

En lenguaje coloquial esto significa que, la decisión original del silbante sigue teniendo un peso específico muy importante y solamente se le hará la sugerencia de que revise el monitor, cuando se trate de una jugada en la que haya suficientes elementos de juicio para tener la certeza de que se trató de un error obvio.

Al platicar con algunos ex silbantes y con expertos en futbol, siguen aferrados a la idea de que “un jaloncito” o “un empujón” que ellos consideran sancionable y que solamente se hizo evidente en la repetición, debe de ser sujeto de revisión y por supuesto de penalización.

Sin embargo, les tengo una mala noticia ¡El VAR no funciona así! No se van a revisar jugadas insignificantes o dudosas; tampoco se van a checar las decisiones a petición de parte.

Por eso me parece que fue un error de Nestor Pitana, el silbante argentino que pitó al final Croacia vs. Francia, consultar el VAR para terminar sancionando la pena máxima en la mano de Ivan Perisic; toda vez que, se trató de una jugada sumamente polémica y no de una decisión original manifiestamente errónea por parte del silbante.

El VAR no es la panacea, ni dejará satisfechos a todos, mucho menos a los afectados, simplemente se trata de una herramienta más, en un intento de… minimizar los errores.