De graves dimensiones

Vaya que se puso candente la gran fiesta del futbol mexicano, desafortunadamente no se debió a cuestiones balompédicas; sino, a situaciones arbitrales. Un raro fenómeno se ha adueñado de la mayoría de los aficionados y uno que otro “especialista” que tiene un micrófono enfrente.

Al fenómeno que me refiero es a que, les ha dado por convertir jugadas polémicas en verdaderos, gigantescos y flagrantes yerros arbitrales, cuando la realidad nos debería de ubicar en que existen muchas acciones, muy apretadas, en que el colegiado debe emitir su opinión.

No conformes con lo que acabo de mencionar, también se incurre en el hecho de trasformar cada una de las decisiones arbitrales, en letales conspiraciones. No me sorprende cuando es la mentecilla calenturienta de un fanático la que la genera, lo que me preocupa, y sobre manera, es que sea la misma gente de futbol la que lo provoca (e incluso lo afirma tajante que se está conspirando en su contra) ignorando, tal vez, que se está escupiendo al cielo al atentar en contra de la credibilidad de nuestro querido deporte.

Esto toma matices dramáticos cuando se trata del equipo más querido y más odiado (a la vez) que no es otro que las “Águilas” del América. Desde que yo tengo uso de razón, la creencia popular es que “los silbantes a ayudan a los de Coapa”.

Esto toma matices dramáticos cuando recordamos que fueron los propios directivos azulcrema quienes recientemente se tomaron el atrevimiento de publicar un desplegado quejándose respecto a que las decisiones de los hombres de negro los habían perjudicado ¡Órle!

Mi “utópica” opinión es que la gran familia del futbol debería de aprender a tomar los aciertos, los errores y las decisiones polémicas de los árbitros, como parte del juego. Dejar a un lado el protagonismo que les otorgamos a los jueces y enfocarnos más en el jugo. Pero sé que esto no va a ocurrir. Quizá el día en que, por fin, “matemos a la gallina de los huevos de oro” nos demos cuenta; pero, será demasiado tarde. Digo, “vamos a convencer a todos de que esto ya está arreglado y decidido previamente” ¿A ver quién es el incauto que paga un boleto para ir a estadio?, ¿A ver quién es el ingenuo que prende la tele?

Por otra parte, en el mismo orden de ideas ¿No me digan que vivimos unos partidazos? En mi opinión fueron encuentros, desde el punto de vista balompédico, medianitos. Poco digno de escribir a casa.

Ahora, llegan las semifinales en un clima de linchamiento, en donde calificaron los cuatro equipos mejor clasificados (del uno al cuatro), por lo que, basado en lo que ocurrió en cuartos de final, me atreva compartir con ustedes, estimados lectores del Diario de los Deportistas, las “Profecías de Nostralalus” Brizio”.

Pienso que el Pachuca (aunque no se vio del todo bien ante el San Luis) debe de salir con banderas desplegadas sobre el América; mientras que los dirigidos por el “Consorte de la Liendre” (quien ya cumplió su sanción de un partido de suspensión) deberán hacer lo propio frente al Atlas, que peleará por defender su condición de actual campeón.

Aunque me equivoque en mis predicciones, encantaría que “el diablo no meta la cola” en las semis, que hablemos más de futbol que de arbitraje, porque al parecer, si seguimos con esta parafernalia, “calentando” el ambiente (y es otra profecía) continuaremos cocinando una tragedia … de graves dimensiones.