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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

16, octubre 2018 - 1:36

Las reglas y los reglazos

EL VAR NO SIRVE PARA NADA

No hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla; de modo que, el próximo viernes 19 de octubre, en el Estadio Jalisco, durante el partido Atlas vs. Veracruz, iniciará el uso del video arbitraje (VAR por sus siglas en inglés) en el balompié mexicano.

Muchos aficionados piensan que será la panacea y que su utilización terminará con la polémica en nuestro querido deporte. Nada más alejado de la realidad.

El novedoso sistema, simplemente será una herramienta más para el cuerpo arbitral, que ayudará a mejorar en cuanto a justicia y credibilidad se refiere; pero que, no podrá erradicar: los errores, las inconformidades ni las discrepancias.

El primer obstáculo con el que se topará es con el de hacerle entender al respetable que el video arbitraje es diferente al que se utiliza en otras disciplinas, especialmente con el futbol americano. Que no se recurrirá a él a petición del entrenador o del capitán del equipo, porque en el balompié tiene sus peculiares reglas.

El VAR dista mucho de ser un detector de faltas, por lo que las jugadas que se sean desafiadas para su revisión serán muy selectas. Para que se “dispare la maquinaria” se necesitan dos condiciones ineludibles 1) Qué se trate de una situación “Pegii” (Penal, expulsión, gol, incidente grave inadvertido o identidad confusa de jugadores) y 2) Qué se trate de un error claro y obvio (ECO)

Es entonces cuando surgirán las grandes diferencias. De repente, hasta incluso los narradores de un partido, pedirán que se revise lo que, en su opinión, pudo haber sido un jalón o un empujón dentro del área. Puede ser, incluso, que la repetición televisiva demuestre que efectivamente, existió la infracción mencionada; pero que, se trató de “un empujoncito” …

De modo que, si no se trata de un ECO (Error claro y obvio) la jugada no estará sujeta a revisión, así clamen a los cuatro vientos los narradores o los aficionados, sobre todo cuando el equipo afectado o beneficiado por la decisión en cuestión, sea el que porta los colores de sus amores.

Y es justamente ahí en donde se atizará el fuego de la polémica arbitral, cuando algunas jugadas sí sean sometidas al escrutinio del juez deportivo y otras no.

Cuando se trate de partidos de alto riesgo, en donde existan muchos intereses de todo tipo (hasta deportivos) en juego, jugadas discutidas y de difícil apreciación se convertirán en carne para los lobos, para que satisfechos puedan afirmar… el VAR no sirve para nada.