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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

19, febrero 2019 - 2:01

Las reglas y los reglazos

Verbo mata carita

El pasado domingo, en la sagrada cancha del Estadio Olímpico Universitario, los Pumas de la UNAM hicieron la hombrada de vencer al América, el odiado rival, por la mínima diferencia.

Todo parecía indicar que los de Coapa saltarían al terreno como amplios favoritos en su calidad de actuales monarcas de la Liga Mx, poseedores de una vasta plantilla de jugadores foráneos y de una nómina que supera, y por mucho, a la de la escuadra estudiantil.

Además, el “consorte de la liendre” ya le tenía tomada la medida al equipo representativo de nuestra máxima casa de estudios, ejerciendo sobre ellos un “paternidad” casi absoluta; toda vez que, no había perdió ninguno de los mal llamados “clásicos capitalinos”.

Pero, del plato a la boca se cae la sopa y los felinos imbuidos por el espíritu de lucha que han recobrado bajo la batuta de Bruno Marioni, su flamante timonel, volvieron a jugar con el sello de la casa, con pundonor y con entrega, peleando a muerte cada balón en todos los sectores de la cancha, poniendo el esfuerzo individual al servicio del éxito colectivo y, lo más importante, sin perder el orden.

La gran incógnita quedó despejada luego de los noventa minutos, en el sentido de que Nico Castillo, ahora enfundado en la casaca azulcrema, podría “consumar la traición” horadando la meta felina; sin embargo, echando a volar la sinceridad, el ariete chileno no dio ni para el abucheo popular, debido a que prácticamente no tocó el balón a lo largo del encuentro, protagonizando una inédita actuación.

Por el otro lado, surgió la figura del Paraguayo Carlos González, con el número 32 en los dorsales, aprovechando un certero cobro de tiro de esquina, para con un cabezazo mortal, vacunar a las Águilas, escribiendo así la historia y confirmando que se ha convertido en el romperredes que los Pumas necesitaban, desplazando del corazón de los universitarios a Castillo.

Vaya que Pumas demostró que tiene “jugadores de adeveras”, para muestra la actuación de Alan Mozo, quien “se la parte” bien y bonito defendiendo los colores azul y oro; así como, el desempeño mostrado por del novato Idekel Domínguez, quien se ha adueñado de la parcela izquierda.

Aunque todavía no se encuentran en zona de clasificación para la Liguilla, el triunfo resultó bálsamo que calma y que mitiga, ilusionando a sus partidarios al recobrar la garra Puma, demostrando una vez más que en el futbol… verbo mata carita.