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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

8, marzo 2019 - 1:54

Las reglas y los reglazos

Ha sido vilipendiada

Probablemente ustedes, estimados lectores, han escuchado hablar del International Board, mejor conocido en el mundo entero como el IFAB, que es el órgano encargado de regular nuestro querido deporte.

En 1886 se reunieron las asociaciones británicas de futbol para establecer las reglas que lo rigen hasta la fecha. Años después, la FIFA sería aceptada como un miembro más. Así: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte se convirtieron en “los dueños del balón” y pudiendo emitir un voto cada uno para realizar modificaciones al reglamento, mientras que la FIFA cuenta con cuatro sufragios, siendo necesarios por lo menos seis votos para aprobar cualquier cambio.

Durante la dictadura de Joao Havelange/Joseph Blatter, el IFAB se convirtió en un cero a la izquierda y las mejoras a las reglas de juego fueron hechas a cuentagotas. Sin embargo, una vez que Gianni Infantino fue ungido como presidente de FIFA, el IFAB, al más puro estilo del ave Fénix, resurgió de sus cenizas.

Suele ocurrir que, cuando algún resentido por haber estado en el ostracismo durante años, llega a ostentar el poder, traiga sed de revancha, y el IFAB no fue la excepción.

Después de soñar durante mucho tiempo con meterle mano al reglamento, que dicho sea de paso fue prácticamente el mismo durante lustros ayudando a convertir al futbol en el deporte más popular del planeta, finalmente procedieron a destrozar los principios jurídicos en los que se fundamentaba.

La regla marcaba algunas generalidades que ayudaban a tomar decisiones apegadas a derecho, sin que hubiera necesidad de tantas peculiaridades. Por ejemplo, las faltas solamente se podían marcar: cuando ocurrían dentro del terreno de juego, eran cometidas por un jugador y mientras el balón estuviera en juego.

Ahora, se ha vuelto un despelote y los tres principios antes mencionados dejaron de ser vigentes (en algunos casos) volviendo a la regla casuística, hasta convertirla casi en un recetario de cocina.

La grandeza de las reglas de juego radicaba en su simpleza; una vez comprendidos los principios, era más sencillo concretar los fines. Cada que introducen una modificación, es violatoria de los principios antes mencionados, corresponde a una situación de juego muy en particular y los fines se vuelven demasiado específicos, tanto así que prevé algunas jugadas, acciones o conductas tan fantasiosas, que tal vez no lleguen a presentarse nunca en una cancha de futbol.

Todo esto viene a cuenta debido a las modificaciones al reglamento que entrarán en vigor a partir del 1 de junio del presente, en donde no tengo duda alguna de que la majestad de la justicia balompédica… ha sido vilipendiada.