Con la tecnología de Google Traductor

Mira

Ida y vuelta. José Ángel Rueda
titulo-foto

José Ángel Rueda

16, abril 2021 - 8:00

Ida y vuelta

Justicia y merecimiento

El otro día, luego de la victoria del Leeds contra el Manchester City, Marcelo Bielsa dijo que la justicia y el merecimiento rara vez funcionan en una misma frase, porque su equipo mereció la victoria, pero lo más justo hubiera sido que ganara el conjunto de Guardiola. El concepto puede funcionar para tantas cosas en la vida, pero nosotros, como el Loco, lo usaremos para hablar de futbol.

Son tiempos de cierre de torneo en México, y la cosa es tan rara que a menudo las sensaciones que dejan estas semanas son como de haber llegado a tierra firme, por fin, después de meses que suelen transcurrir sin que nada ocurra en realidad. Los 18 equipos navegan con la certeza de que sólo seis de ellos fracasarán en el intento de pelear por el título; es decir, no se necesita ser bueno para clasificar a la Fiesta Grande, más bien se necesita ser realmente malo para quedarse fuera.

La Liguilla es un invento justificado por el espectáculo. Tal vez en la conciencia de que el nivel de los clubes no da para soportar el pulso de un torneo largo, los que manejan nuestro futbol tomaron por estrategia encomendar las emociones de todo un semestre a tres semanas frenéticas en las que no siempre gana el mejor. Otra vez, los merecimientos y la justicia terminan por ser ideas aún más abstractas en el vértigo de las eliminaciones directas.

A veces me gusta imaginar qué sería de la Liga MX si funcionara con el formato de las temporadas europeas; es decir, un torneo de largo aliento. Dicen que nuestro futbol sería menos espectacular, pero yo no lo creo, porque nada menos el Clásico Joven del próximo sábado, entre América y Cruz Azul, tendría tintes de partido definitivo, de esos que definen títulos. Las Águilas, con 66 puntos, defenderían su liderato ante una Máquina que tendría apenas un punto menos. Luego vendrían dos partidos parecidos, marcados por la obligación de defender su ventaja.

También intento ponerme en el lugar de los aficionados a los otros equipos, todos aquellos que no pelearían nada a esta altura del campeonato. La indiferencia que les supondría disputarse los puestos de Concachampions, o el nervio de librar un descenso en toda regla, con los tres del fondo condenados. Sentimientos opuestos a la ilusión de competir por un título, aunque sea en un formato en el que la justicia y el merecimiento no existen.