Los Sulaimán

Con la designación de Mauricio Sulaimán Saldívar como ganador del Premio Nacional del Deporte 2020, en el apartado de Fomento, protección o impulso de la práctica de los deportes, este jueves quedará marcado como uno de los días de mayor alegría en nuestro pugilismo. La inmensa mayoría de nuestros campeones y ex campeones del mundo, y aquellos peleadores olvidados que bajo la égida del WBC han podido resolver problemas urgentes desde antes del surgimiento del Covid-19, seguramente sonríen satisfechos.

Mauricio Sulaimán igualó a su papá en la obtención de ese galardón. El PND fue otorgado a don José Sulaimán, post mortem, bajo el rubro de Premio Nacional del Mérito Deportivo 2015.

Una premonición del esplendor que alcanzaría nuestro pugilismo es que en febrero de 1963 en la Ciudad de México, bajo los auspicios del presidente Adolfo López Mateos, quedó fundado el Consejo Mundial de Boxeo (WBC).

En aquel entonces, sólo asistieron delegados de un número de naciones que podían contarse con los dedos de la mano, al existir pocas agrupaciones rectoras.

Hoy, el organismo verde y oro afilia a 166 países constituidos en nueva federaciones continentales, gracias a la labor de ese incansable trotamundos que fue don José Sulaimán Chagnón, instalado en la presidencia en diciembre de 1975 en Túnez.

Mauricio Sulaimán ha dado continuidad a la labor de su padre desde que fue elegido para sustituirlo en el cargo en marzo de 2014, dos meses despues de la sensible partida del personaje que durante mucho tiempo fue llamado “el tamaulipeco más famoso del mundo”.
Sulaimán Saldívar tuvo una intervención determinante para el regreso del entretenimiento de millones de mexicanos a la capital azteca durante la pandemia, al apoyar al promotor Fernando Beltrán y al Canal del Ajusco, con hincapié en el indispensable protocolo para cumplimentar las más exigentes medidas de sanidad. Eso parecía impensable, dado que la Comisión de Box de la CDMX permanece cerrada en acatamiento a la restricción de actividades no esenciales dictado por las autoridades.

El actual guía del WBC también respaldó al púgil-promotor Carlos Molina en el retorno original de las funciones profesionales, en Michoacán.

1931 es un calendario único, pues llegaron al mundo en ese mismo año hombres que lograron el reconocimiento máximo en sus respectivas actividades, y que pasarán a la posteridad, como lo fue don José y tal como lo son los promotores Bob Arum y Don King.