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Minuto 45. Teodoro Cano
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Teodoro Cano

27, mayo 2017 - 14:54

Minuto 45

GUADALAJARA dejó constancia que su sueño, de conquistar el campeonato del Clausura 2017, puede convertirse en realidad, siempre y cuando mantenga ese ritmo de juego que mostro en el “Volcán” al tener a raya al favorito Tigres, a lo largo de casi 80 minutos, con un futbol dinámico que no permitió libertades a los rivales que se estrellaron en un doble muro defensivo y en momentos se veían impotentes de perforar la portería defendida por Rodolfo Cota que solo tuvo dos o tres intervenciones para mantener, hasta ese momento, su portería inviolable.

El tiempo era otro enemigo más, sobre todo con esa carga que a cada instante pesaba más, dos goles conseguidos por las Chivas antes de que terminara el primer tiempo, por cortesía de Nahuel Guzmán, especialmente en el 1-0 en un tiro de esquina cerrado en corto, rechazo mal, golpeó en su compañero Advíncula para que Alan Pulido rematara con fiereza para sacudir las redes. La segunda anotación fue una acción elaborada a media cancha con Michael Pérez que filtro hacia la derecha a Pulido que remató cruzado, nuevo rechace en corto de Nahuel y remata de Rodolfo Pizarro.

Dos pecados que dejaron en silencio a los aficionados del “Volcán” que veía como su equipo no podía ante la entrega y determinación de los jugadores del Guadalajara que, además de frenar en seco a sus felinos, tuvieron la virtud de acompañar las jugadas y estar en el lugar exacto y conseguir esas dos anotaciones que lo ponía con una ventaja importante.

Matías Almeyda, sin renunciar a su idea de ir en busca de la portería enemiga, reforzó su cuadro bajo, mantuvo su línea de cuatro con Jesús Sánchez, Carlos Salcido, Oswaldo Alanís y Edwin Hernández y adelante de ellos a Michael Pérez, Juan Vázquez, Orbelín Pineda y Néstor Calderón, auxiliados por Rodolfo Pizarro que no brillo, pero estuvo muy activo en esa doble función de apoyar a la media e ir al ataque, un trabajo de mucho sacrificio.

La disciplina táctica y la dinámica en la marcación para hacer el dos a uno, que en momentos llegó a desesperar a Aquino que se estrellaba en Edwin Hernández y al buscar otra salida ya tenía otro rival encima, lo mismo pasaba con Zelarayán, con Sosa, Dueñas, incluso con Guido Pizarro que intento varias veces dar salida al frente a su equipo, pero se encontraba que los receptores estaban ya marcados.

Los jugadores tapatíos sudaron en verdad la camiseta y se ganaron la admiración de propios y extraños por esa entrega y por esa determinación de frenar a uno de los mejores equipos del torneo, lo cual habían logrado y casi en el minuto 40 de la segunda parte ya “veían la orilla”, era cuestión de aguantar y mantener ese orden que tuvieron en gran parte del encuentro, pero llegó la lesión de Edwin Hernández y comenzaran los ajustes al entrar Carlos Fierro y más adelante a Miguel Ponce y a Guillermo Martínez en lugar de Néstor Calderón y Orbelín Pineda respectivamente, éste último salió molesto ya que quería seguir en la batalla, cambios que no funcionaron.

Hubo descontrol en el cuadro bajo de las Chivas y ahí fue la plataforma de lanzamiento para que surgiera en plan grande la figura del goleador André-Pierre Gignac, que por fin encontró apoyo al frente con la presencia de Jürgen Damm que con su velocidad desbordó por la derecha y más adelante la presencia del amuleto Damián Álvarez que fue una pesadilla y de una acción por la izquierda nació el primer golazo del francés al recibir un centro que remató en el corazón del área anticipándose a Alanís era el 1-0 que le daba vida a los Tigres al minuto 39 de la segunda parte.

Y solo tres minutos después el “Volcán” hizo erupción con otro golazo de Gignac que recibió un pase largo de Luís Rodríguez para controlar por el lado izquierdo atrás de la defensa, salió el portero Rodolfo Cota, el galo lo esquivo y sin ángulo de tiro remató cruzado a la izquierda en el 2-2, que dejó fríos a los tapatíos y que realizaron un esfuerzo extra en los minutos agregados con la esperanza de encontrar el tercer gol, pero ya no les alcanzo.

Con el silbatazo final renació la esperanza del bicampeonato de los Tigres y en tanto que los jugadores del Guadalajara se quedaron un momento en la cancha y no creían lo que había pasado en un parpadeo en el que se les escapó e triunfo.

Pero al pasar las horas el estado de ánimo de los tapatíos ha mejorado y saben cómo pueden hacer daño al actual campeón del fútbol mexicano y en su casa seguro que van a vender cara la derrota, en tanto que los felinos seguramente que aprendieron la lección y no saltaran a la cancha del estadio de las Chivas confiados, seguramente con la lección aprendida.