Imperdonable, Renato.

Por Carolina Gómez Vinales

Justo cuando en México más se ha condenado la violencia de género, el jugador del Club América, Renato N., fue detenido presuntamente por violencia familiar y agresiones físicas hacia su esposa y su cuñada. Ibarra es un futbolista ecuatoriano, juega como extremo, tiene 29 años de edad, pesa 75 kilos y mide 1.72 metros de altura. Estos datos personales son importantes porque se trata de una figura deportiva fuerte que se atrevió, según las denuncias de su pareja, presuntamente a golpearla aún cuando ella presenta un embarazo de 10 semanas. Por lo pronto a Ibarra le fue dictada prisión preventiva y su defensa tiene seis días para desahogar las pruebas a su favor. El jugador lleva al menos 4 años viviendo en este país y jugando para el mismo club.

Es altamente probable que cuando un hombre golpea a una mujer con esa fuerza y repudio, no es la primera vez que lo hace. Cuando hablamos de un problema social como la violencia intrafamiliar, encontramos que esta se manifiesta en todos los estratos económicos, en familias en las que sus integrantes cuentan con estudios de educación básica o superior. La violencia generalmente comienza en el hogar, un lugar donde se espera que todos sus miembros reciban cuidados, respeto, amor y valores.

Es muy común que una víctima continúe bajo la agresión constante, sin delatar o denunciar al agresor porque exista una dependencia emocional y económica. También puede ser por miedo a que el agresor se vuelva más violento y cumpla con alguna amenaza mayor. Ya vimos que la violencia alcanza a todos los estratos sociales por igual. Es muy probable que este jugador, aún cuando salga del reclusorio, continuará reproduciendo el fenómeno de la violencia sistemáticamente.

Los daños en la víctima en este caso van más allá de las lesiones que ya calificó y certificó el médico legista en la agencia del Ministerio Público. Ya existe un maltrato psicológico seguramente por amenazas, intimidación para que le otorgue el perdón y desvalorización de la mujer. La violencia contra las mujeres es un problema de salud pública. Y ha quedado demostrado que puede causar lesiones extremas en las víctimas, y hasta la muerte por una agresión.