Imagina 

Mariana Cadena 

Aunque junio es el mes del orgullo LGBTIQ+, el trabajo en defensa y apoyo de las personas que pertenecen a la comunidad debería ser un esfuerzo sostenido a lo largo del año.

Quiero empezar este escrito pidiendo algo, tal vez requiera mucha imaginación, pero me gustaría que lo intentaran conmigo. Imaginen que existe un mundo donde podemos amar a quien sea sin que nadie nos diga nada. Imaginen que lo más importante de una persona son sus valores, no si se viste de acuerdo con lo que la sociedad conoce como un hombre o una mujer. Imaginen que cualquier persona puede donar sangre sin la necesidad de especificar si es gay o no, que las mujeres que practican deportes de contacto no son consideradas menos “femeninas” que las que practican ballet. Imaginen que los deportistas pueden practicar el deporte en la categoría del género con el que se identifican y así cumplir sus sueños. Si tú que estás leyendo esto piensas que el mundo debería de ser así, te digo gracias; para las personas que sí fue difícil, les invito a reflexionar y pensar si les quitaría algo que el mundo fuera así.

Después de esta reflexión, quiero irme a algo más concreto, cosas que han captado mi atención y me gustaría compartirles. Actualmente hay millones de personas y empresas, compartiendo y creando contenido para poder llegarle a las personas de distintas maneras, como lo hago yo hoy, desde esta columna o como lo hago desde mis redes sociales. El mes del orgullo LGBTIQ+ para mí es un lapso que tengo para hablar abiertamente de lo que es ser parte de la comunidad, para compartir contenido de cuentas LGBTIQ+ explicando conceptos, frases, historias, en fin, contenido.

Lo que me hace ruido es cómo algunas empresas usan este mismo mes para intentar subirse al tren y poder generar algo a cambio, pero el único momento que lo hacen es en este lapso tan importante para nosotres. Nosotres seguimos siendo parte de la comunidad todo el año, no sólo en el mes del orgullo LGBTIQ+, por lo que me gustaría que no sólo este mes apareciéramos en cuentas de empresas, representados por medio de los colores o un hashtag del mes del orgullo, ojalá que generaran contenido durante otros lapsos, que hubiera más historias, más representación, para que existiéramos todos los meses del año y no sólo uno, porque la representación es MUY importante, porque tal vez si un niñe que está batallando con su sexualidad o no se siente bien con el cuerpo que tiene, al ver historias de gente que pasó por lo mismo, pueda ayudar un poco al proceso que está pasando, que pueda sentirse un poco mejor.

Hay muchas cosas que han mejorado durante los años, tengo que aceptarlo, para mí fue una sorpresa que cuentas importantes del futbol femenil compartieran a una pareja icónica del futbol de México en redes sociales, sabiendo este hecho y estando conscientes de la fobia que existe alrededor de todas las letras de la comunidad y del machismo que hay. Vamos por buen camino, pero todavía no me imagino portando un número con la bandera del orgullo LGBTIQ+ en las playeras de selección, como lo hizo ahora Estados Unidos, que claro que me encantaría y sería la primera en comprarla y usarla. Tampoco me imagino cuentas importantes del futbol varonil siendo tan abiertas y compartiendo fotos de parejas gays icónicas del futbol mexicano, porque sí EXISTEN, aunque muchas personas piensen que “aquí eso no pasa”. Claro que pasa, sólo que la estigmatización que tienen de que exista un futbolista gay es tan grande que hace que automáticamente nadie quiera pensar en esto, ni hablarlo, y mucho menos publicarlo orgullosamente en redes sociales. Porque a las mujeres podrán decirnos despectivamente lesbianas y machorras pero no aceptar ese hecho. Como dije, el futbol femenil va por buen camino, pero espero que el futbol varonil nos siga el paso, para construir un mejor país juntos.