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Minuto 45. Teodoro Cano
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Alfonso Ruiz

21, junio 2016 - 11:15

Teodoro Cano

COLUMNA MINUTO-45
POR TEODORO CANO L.
DESPUÉS de una racha de diez partidos sin perder de la Selección de México, bajo la dirección técnica del colombiano Juan Carlos Osorio parecía que todo iba a caminar sobre ruedas, si tomamos en cuenta que después de despachar los primeros cuatro partidos de la eliminatoria de la Copa del Mundo, ante El Salvador y Honduras y dos con Canadá, que incluso, a pesar de que en la Copa América se llegó a cuartos de final, siempre había una nube de dudas ante la forma de dirigir al conjunto mexicano, con modificaciones constantes de un juego a otro y no se perdía, pero ese movimiento en las alineaciones no dejaba de provocar cierta preocupación.

Osorio no engañó a nadie, se sabía desde el mismo día de su presentación como entrenador del Tricolor, lo dejó muy en claro, que iba a haber rotaciones en las alineaciones, que su forma de trabajar no era la de mantener un cuadro base, así es que mientras las cosas marchaban sin problemas y continuaron los partidos bajo su sistema y las cosas iban más o menos bien debido a que el equipo mexicano tenía lapsos de dudas en los partidos, pero de repente las individualidades y la entrega de los jugadores (lo cual no se puede negar) permitían abrigar cierta esperanza de que se podía llegar lejos en la Copa América Centenario.

Pero llego el día trágico el sábado pasado, en el momento en que los aficionados ya rebosaban de optimismo y hacían planes, incluso se comentaba que después de “vencer a Chile”, medirse a Colombia y dar el salto a la final, pero desgraciadamente el castillo de cartas se desplomó y nos dejó helados una derrota humillante, con un marcador de ¡7-0! ante una selección chilena que brilló intensamente y saltó a jugar como auténtico campeón que es. Fue un amargo despertar después de una pesadilla que terminó en realidad de la cual aún no nos reponemos. Ha sido una de las peores derrotas de la historia de la Selección de México y ha dolido bastante, pero no es como para decir que no tenemos nada, que los jugadores no se entregaron y no realizaron su máximo esfuerzo, eso no cabe a la hora de hacer un análisis profundo.

Contamos con una generación de jugadores de talla internacional, que de alguna manera los convenció la forma de trabajar de Juan Carlos Osorio y creían en el, prueba de ello es que a pesar de lo ocurrido el sábado pasado la mayoría se expresó muy bien de su entrenador y están de acuerdo que no es el momento de hacer cambio y cortar nuevamente de tajo un proceso que de alguna forma habrá que sostener para ir por la revancha que en el futbol existe. Claro que Juan Carlos Osorio tiene que dar una explicación sobre lo sucedido, no es el momento de saltar del barco y menos de hablar de una renuncia ante la Comisión de Selecciones Nacionales, encabezada por Decio de María, Guillermo Cantú y Santiago Baños. Uno se pregunta si esa Comisión realmente está capacitada para sacar a flote la nave que sufrió grandes averías con su eliminación de la Copa América Centenario.

Aun hay “piezas salvables”, aún no se ha perdido todo, y si se quiere llegar afondo para encontrar una explicación es necesario que también se analice si Cantú y Baños deben seguir adelante, saber si el entrenador nacional siente algún respaldo o estaba feliz porque a todo le han dicho que sí, sobre todo a lo largo de esa racha de invicto del equipo de México. Hasta ahora Juan Carlos Osorio no se puede quejar de que los jugadores que él convocó no le cumplieron, ya que todo lo que les decía ellos se esmeraban por seguir sus indicaciones, aunque podríamos apostar doble contra sencillo que muchos de ellos no estaban de acuerdo con ese sistema de trabajo para preparar los partidos. Ya quedó muy claro que el técnico colombiano va en sentido contrario y los demás están equivocados.

Nos da la impresión de que en una autopista todos las selecciones llevan un mismo rumbo (Osorio no), de repetir su alineación ganadora, de hacer ajustes debido a la táctica, pero de uno o dos jugadores, pero siempre sosteniendo una base solida como la que ha tenido Chile a pesar de que cambió de entrenador al salir Jorge Sampaoli y llegar Juan Antonio Pizzi, pese al cambio del timón el entrenador argentino que llegó mantuvo el mismo plantel que ganó la Copa América del 2015, con algunos ajustes, pero la gente importante como Claudio Bravo, Gary Medel, Charles Aranguiz, Arturo Vidal, Eduardo Vargas, Alexis Sánchez, Mauricio Islas, Eugenio Mena, entre otros, permaneció.

Se podría decir que Chile tuvo un juego perfecto, pero se debió a que en un encuentro que menos se esperaba México tuvo un accionar muy por debajo de su nivel. Una alineación “nueva” en donde hizo falta el gran líder Rafael Márquez, que estaba para jugar pero Osorio se decidió por Néstor Araujo, que se partió el alma, y Héctor Moreno con Paul Aguilar y Layún en la defensa lateral, pero algo falló que fue por las bandas por donde penetraron los chilenos, en la media lamentablemente no hubo nadie que pudiera poner orden.

Dueñas Herrera y Guardado al tener muy temprano tres goles en contra nunca pudieron apoderarse del balón, que se los quitaron los chilenos y no se lo prestaron. No funcionó, ahora Hirving Lozano y Jesús Manuel Corona no le dieron libertad debido a la marca del rival que los acorralaron dos o tres rivales, y lo mismo pasó con el mexicano que conducía el esférico, siempre tenía la presión chilena que no los dejaba hacer nada.

Juan Carlos Osorio reconoce que se equivocó, bueno, es el momento que con los conocimientos que tiene se dé cuenta que no está en el camino correcto y que si le han brindado todo el apoyo, especialmente los jugadores, ahora el debe ceder y salirse de su sistema y adaptarse a los mejores jugadores mexicanos que, insistimos, integran una de las mejores generaciones de futbolistas de talla internacional con que cuenta México y no es posible que se eche a perder ahora.